Cuando se está en una crisis, existe incertidumbre y especulación sobre hacia donde debe de dirigirse la organización generando sentimientos de ansiedad y miedo por lo que pudiera ocurrir y afectar el correcto funcionamiento. En momentos de crisis como los actuales, es importante mantener una comunicación efectiva que permita manejar dichas situaciones tomando medidas inmediatas para evitar el estancamiento, fomentando el esfuerzo de la organización basado en el compromiso de los colaboradores hacia la empresa y la sociedad.
Cuando
hablamos de comunicación efectiva es importante considerar plena apertura para
crear mecanismos de comunicación flexibles y directos, que permitan a los
colaboradores que tengan propuestas o ideas creativas presentarlas directamente
y sin intermediarios. Esto lo podemos lograr por un lado promoviendo valores
éticos y morales, desarrollándoles capacidad de resiliencia y capacitándolos en
diferentes áreas estratégicas para que se conviertan en colaboradores
multifacéticos y por otro, aplicando protocolos y normas de actuación
modificadas de acuerdo a la nueva realidad.
Al
inicio de la crisis, con éstos nuevos protocolos se debe considerar ejecutar
mecanismos de prevención y una vez que se puede definir el impacto total que
tendrá la organización, realizar acciones de respuesta inmediata para tener una
pronta recuperación para mantenerla un largo plazo diseñando procesos de mejora
interna, redefiniendo metas e indicadores de desempeño que fortalezcan las
áreas de mayor vulnerabilidad, mediante un análisis FODA a través del trabajo
colaborativo.
Para mantener altos estándares de eficiencia es vital que
la administración del tiempo se ejecute correctamente, evitando distractores ya
comunes en las organizaciones, respetando el horario de trabajo aún trabajando
en casa, y todas aquellas acciones que lleven a utilizar eficientemente los
recursos humanos y materiales. Es importante también realizar un análisis de los
riesgos que impactan a la organización, monitoreando el contexto interno y
externo, identificando el peor escenario que se pudiera enfrentar, determinando
los sectores de mayor vulnerabilidad y difundiendo con los colaboradores la
información necesaria para definir estrategias de actuación y consecuentemente
realizar procesos de adaptación más ágiles y oportunos detectando áreas de
oportunidad durante la adversidad.
Por otro lado, el líder debe de guiar al equipo de
trabajo para conseguir una meta u objetivo común considerando todos aquellos
factores que afectan la resiliencia de la organización ya que son aquellas organizaciones
que tienen como característica “la capacidad inmediata de solucionar problemas”
las que enfrentan las adversidades de manera satisfactoria.
Para desarrollar esta característica es menester que la
organización cuente con liderazgo y objetividad en la dirección, sentido de
pertenencia en sus colaboradores para poder organizar y una guía congruentemente
del equipo de trabajo al logro de una meta clara mediante objetivos comunes y,
aún si llegara a ocurrir algún otro evento adverso, mantenerlo unido con lo
necesario para que se sientan indispensables y valorados, motivándolos para que
sean creativos e inventen nuevas formas de hacer las cosas a través de la
capacitación y el aprendizaje evitando que se pierda el rumbo.
“La planificación a largo plazo no se ocupa de las decisiones futuras, sino del futuro con las decisiones actuales”, Peter Drucker.
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