Alertamiento temprano en meteorología, limitaciones y oportunidades de mejora
Por Hiram Abif Meza Landero*
Los sistemas de alertamiento son mecanismos mediante los cuales se
informa de una manera práctica, concisa, entendible y sobre todo oportuna a la
población acerca de un peligro potencial generado por un agente perturbador. En
la presente discusión se abordarán principalmente los peligros asociados a
fenómenos meteorológicos, tales como la precipitación extrema, huracanes,
frentes fríos, entre otros.
El primer paso previo a llevar a cabo un alertamiento en meteorología es
el tener un buen sistema de pronóstico, el tiempo de anticipación con el que
puede preverse un fenómeno meteorológico dependerá de la escala de este. Por
ejemplo, no se puede prever con la misma antelación un tornado, que un frente
frío o un ciclón tropical, esto fundamentalmente depende de sus escalas y de su
periodo de duración, mientras que el primero dura tan solo unos pocos minutos
en la mayoría de los casos y se desplazan pocos kilómetros, los segundos tienen
duración de días a semanas desde su formación hasta su disipación y se
desplazan a lo largo de cientos a miles de kilómetros, por lo que pronosticar
su trayectoria tras su formación no representa gran dificultad. Adicionalmente,
entre más pequeño sea un fenómeno, más compleja es la física que necesita ser
usada para describir su comportamiento debido a su alta aleatoriedad, por lo
que a su vez es necesaria una mayor cantidad de cálculos matemáticos y
computacionales para su predicción (de ser posible). Con la física actual es
técnicamente imposible la predicción de eventos de Tornados.
Hace apenas algunos años, la meteorología era una ciencia más empírica
que exacta, dependía del conocimiento de una región para la elaboración de un
posible pronóstico. Los pronósticos se basaban en análisis de las condiciones
meteorológicas más recientes a partir de cartas sinópticas (mapas donde se
plasman con determinada simbología y codificación los fenómenos prevalentes), se
verificaba el desplazamiento que tuvo el fenómeno en horas previas y se
generaba un pronóstico a corto plazo en el futuro. Este tipo de pronósticos
dependía de la experiencia del pronosticador más que del conocimiento de la
física y dinámica de la atmósfera, además de que solo era aplicable a fenómenos
de gran escala.
En la Actualidad, los modelos numéricos (Fig. 1) han tenido una evolución sin
precedentes de la mano del desarrollo tecnológico, pudiendo resolver cada vez
escenarios más complejos. Ello ha contribuido a que el uso de los modelos
numéricos en la predicción del tiempo sea cada vez mayor. El uso de estos
modelos que utilizan las leyes de la física para resolver las condiciones
atmosféricas futuras ha permitido que los pronósticos ya no sean dependientes
de la intuición o de la experiencia del pronosticador, sino más bien de
cálculos objetivos permitiendo disminuir el error humano.
Existen distintos tipos de modelos apropiados para resolver determinados
fenómenos, que pueden usarse para aplicaciones propias de la escala del mismo.
Por ejemplo, los modelos globales de predicción del tiempo son aptos para
resolver fenómenos que abarcan cientos a decenas de miles de kilómetros, por lo
que no es adecuado usarlos para elaborar un pronóstico regional (de algunos pocos
kilómetros). Para aplicaciones de menor escala (unidades a decenas de
kilómetros) existen otro tipo de modelos, los modelos regionales, que se
encargan de recalcular a alta resolución los resultados de los modelos globales
usando una serie de métodos más apropiados y configurables para regiones
determinadas, permitiendo tener pronósticos locales más acertados.
Para que un modelo pueda ser útil en regiones específicas, primero debe
evaluarse (mediante comparación de los resultados con datos observados) y
calibrarse (emplear la física que logre los resultados más cercanos a la
realidad) para asegurar resultados confiables. Por ejemplo, no se debe utilizar
física adecuada para zonas montañosas en zonas de planicie, porque surgirán
errores significativos. En México, la mayor parte de los pronósticos se
realizan a partir de modelos de pronóstico global o a partir de modelos
regionales no calibrados produciendo pronósticos poco acertados y ha llevado a
muchos tomadores de decisiones a pensar erróneamente que los modelos no son útiles
para el pronóstico.
Al ritmo que los modelos han evolucionado, también es necesario
modernizar los sistemas de alertamiento, ya que mientras anteriormente un
alertamiento temprano contemplaba unas horas de anticipación, en la actualidad
puede realizarse con un margen de días (del orden de 2 a 3).
Un avance realmente relevante en materia de alertamiento sería contar
con un sistema de pronóstico evaluado y calibrado (a partir de datos observados)
que permita la realización de un pronóstico meteorológico confiable a corto y
mediano plazo. Para lograr un sistema de pronóstico que sea confiable es
necesario contar con instrumentación meteorológica que proporcione datos
confiables (estaciones de buena calidad que cuenten con un mantenimiento
adecuado y continuo, redes de radares, etc.), primeramente, para poder calibrar
los modelos de pronóstico regional y posteriormente para que los datos producto
de estos sensores sean asimilados dentro de los modelos a fin de mejorar las
condiciones iniciales de los mismos y con ello sus resultados finales.
El paso siguiente es saber cuándo es prudente alertar y, sobre todo,
cómo saber que un evento es extremo. Para ello es fundamental conocer la
climatología de la región a pronosticar, realizar el cálculo y evaluación de
los extremos de cada variable particular a partir de datos observados a lo
largo de al menos 30 años. Se obtienen tres umbrales máximos de la siguiente
manera: se ordenan los datos de cada variable (usualmente precipitación,
velocidad del viento, temperaturas máxima y mínima) de menor a mayor y se toma
el valor correspondiente al 10% de los valores más altos para el extremo menor.
Para el extremo medio tomamos el valor correspondiente al 5% de los datos más
extremos y finalmente para el extremo mayor, se considera el valor que
corresponde al 1% de los valores más extremos de la muestra. Así, una vez
teniendo los umbrales, es posible determinar un semáforo de alertamiento de
tres colores (se recomienda amarillo, naranja y rojo), activándose el primer
color cuando el primer umbral (extremo menor) sea rebasado, y así sucesivamente
con los dos umbrales y colores superiores. Comparando las salidas diarias de
los modelos de pronóstico con estos umbrales es relativamente sencillo saber
cuándo emitir un alertamiento.
El último elemento para llevar a cabo un alertamiento es la comunicación
de este, la divulgación puede realizarse a través de múltiples plataformas a
fin alcanzar la mayor cantidad de población posible en la zona de interés. Los
alertamientos pueden transmitirse vía radio, redes sociales, sitios web, correo
electrónico, etc. También pueden instalarse sofisticados sistemas de
transmisión donde puede cargarse un mensaje pregrabado, tal como se realiza en
países desarrollados, permitiendo que el mensaje llegue a las personas de forma
más rápida y eficiente. Debido a la gran diversidad étnica y lingüística de
nuestro país, debe considerarse la posibilidad de emitir los alertamientos en
distintas lenguas indígenas (dependiendo de la zona de interés), ya sea en
transmisiones vía radio o directamente en los boletines de alertamiento. Debe
garantizarse que todas las personas de cualquier grupo social tengan acceso a este
tipo de información fomentando la inclusión de todos los sectores de la
sociedad.
En nuestro país existe otro tipo de alertamiento específico para
Ciclones Tropicales, el llamado Sistema de Alerta Temprana para Ciclones
Tropicales (SIAT-CT), aunque si bien ha funcionado relativamente bien desde su
creación en el año 2000, no ha tenido modificaciones medulares. Como se
mencionó anteriormente, los modelos de pronóstico en los últimos 20 años han
avanzado a pasos agigantados, por lo que es necesario actualizar continuamente
este tipo de sistemas de alerta temprana a fin de que se encuentren a la par
del desarrollo tecnológico en la materia.
Una de las dificultades a las que se ha enfrentado el SIAT-CT es que únicamente
toma en cuenta la velocidad del viento, pero se ignora la precipitación y el
radio de las bandas nubosas de los sistemas tropicales, así como la profundidad
de su nubosidad asociada, que son variables de gran importancia en materia de
ciclones tropicales. Esto principalmente en las categorías inferiores (que
suelen ser más comunes en las costas del pacífico sur mexicano y el Golfo de
México).
Otro de los problemas asociados a este sistema de alertamiento es que
únicamente considera ciclones tropicales ya formados y no sistemas tropicales
aún no clasificados. En años recientes, la Organización Nacional Atmosférica y
Oceánica de los Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) ha introducido el
término “Potencial Ciclón Tropical” para referirse a un sistema tropical que sin
llegar a ser un ciclón. Esto únicamente cuando el sistema plantea la amenaza de
convertirse en tormenta tropical o presenta condiciones favorables para su desarrollo
a huracán y que podría impactar zonas terrestres con impactos potencialmente
dañinos en un rango de 48 horas. Esta nomenclatura ha sido utilizada para nombrar
a algunos sistemas que aún cuando sus vientos superaban las velocidades típicas
del viento en una tormenta tropical, no podían ser denominados ciclón tropical
porque el patrón de presión en su centro no era completamente cerrado (parte
fundamental para poder denominar a un sistema “ciclón tropical”).
Para nuestro país sería fundamental generar alertamientos propios ante situaciones similares, como lo ha hecho el vecino país del norte y algunas otras naciones de cara a fenómenos meteorológicos potencialmente dañinos para las zonas costeras, tales como los sistemas tropicales. En un territorio como el mexicano, con alrededor de 11,100 km de costa en una zona tropical, debería ser prioritaria la investigación para la actualización periódica de una herramienta tan útil como el actualmente llamado SIAT-CT.
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