“LA GESTIÓN INTEGRAL DEL RIESGO DE DESASTRE, LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA COMO CIENCIA”
En el siglo XIX llamaban
ciencias a las materias del conocimiento que hoy llamaríamos “ciencias
exactas”: matemáticas, física, astronomía y también lo que hoy conocemos como
ciencias naturales: medicina, biología, farmacia. Más tarde, y sobre todo a
partir de la segunda mitad del siglo XX, se acuña el término de ciencias
sociales: sociología, antropología, historia, etc… La ciencia abarca hoy casi todos los campos
del saber y casi todas las actividades humanas. En el siglo XXI, es imperante
considerar las “Ciencias de la Gestión de Riesgos, la Seguridad y la Defensa”.
En mi opinión personal, la
ciencia es un sistema de conocimientos en desarrollo, que se obtienen mediante
métodos cognoscitivos y se reflejan en conceptos exactos, comprobando y
demostrando su veracidad a través de la práctica.
Es un conjunto de
conocimientos sistematizados sobre una materia, sobre la realidad, derivado de
la observación y experimentación metódicas, una forma superior de los
conocimientos humanos. Es una actividad cuyo propósito fundamental es la
creación de conocimientos, que desarrolla un cuerpo históricamente acumulativo
de técnicas, conocimientos empíricos y teorías, que se hallan relacionados
entre sí.
Si la ciencia es el
conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente
falible, abocada a la búsqueda y al descubrimiento de la verdad, puede
determinarse entonces que es un sistema de conocimientos sobre los hechos
naturales y sociales, obtenidos mediante el método científico sometidos a
contraste directo o indirecto, que se caracteriza por ser analítico
comunicable, verificable, legal, descriptivo, explicativo, predictivo,
aplicativo, sistemático y útil.
Al referirme a la seguridad,
en su más amplio concepto, como ciencia (sujeto, objeto y análisis), considero
factores endógenos y exógenos que contribuyen a la seguridad e inseguridad,
desde el punto de vista tanto social como físico.
La seguridad es pues una
ciencia dinámica que busca salvaguardar al individuo en el contexto social en
el que actúa y proteger sus bienes contra hechos-fortuitos o premeditados- a
fin de lograr un ámbito de bienestar, confianza y mejores condiciones de
desarrollo.
Lograr una nueva concepción
ética capaz de enfrentar de manera efectiva la realidad cotidiana y universal
de la vida no es tarea fácil; como punto de partida, las actividades
relacionadas con la protección de las personas, sus bienes y el entorno, pueden
considerarse desde una perspectiva sociológica, que también es ciencia.
Desde el momento en que la
seguridad colectiva de las naciones se convierte en materia de atención
preferente para la sociedad moderna, las disciplinas relacionadas con ella se
convierten en campos de conocimiento y especialización que crecen
exponencialmente. Por ello, el abordaje científico de estos tres conceptos tiene
gran complejidad cuanto que no son áreas uniformes sino que abarcan muchas
facetas relacionadas, que sin embargo no están plenamente consolidadas,
especialmente la Gestión del Riesgo de Desastre.
En ese contexto, Seguridad y
Defensa, en su sentido más amplio hacen referencia a la actividad de la
policía, de las Fuerzas Armadas, de las agencias de seguridad o inteligencia,
de la acción y luchan contra el terrorismo, de la industria militar, del
análisis político y estratégico de las naciones. Y sin embargo, también hace
referencia a la seguridad de instalaciones, a las nuevas tecnologías aplicadas
a la protección o a la integridad de bienes y personas, o sea a la Protección
Civil y a la Reducción del Riesgo de Desastre. Una disciplina bastante amplia con
muchas áreas de especialización.
El objeto de la metodología
de la investigación es dotar al investigador de las herramientas necesarias en
su búsqueda de patrones y leyes predictivas; entonces, toda investigación
científica está encaminada a demostrar algo a través del establecimiento de un
supuesto que se pone a prueba mediante el hallazgo de evidencias en fuentes
primarias (información a través de ensayos cuantitativos y cualitativos) y
fuentes secundarias (lo hallado por otros investigadores). El método
científico, una forma metódica y controlada para obtener nuevos conocimientos.
De lo anterior, es posible definir
las “Ciencias de la Seguridad, Defensa y Gestión de Riesgos” como un:
“Conjunto
de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento,
sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y teorías,
con el fin de aumentar la protección, resiliencia, indemnidad o capacidad
defensiva de personas, colectivos y naciones”.
Es decir, esta nueva ciencia
entiende de todos aquellos aspectos que hacen que las personas y la sociedad
sean más resilientes, seguras y estén mejor defendidas frente a la amenaza de
agentes o elementos hostiles, y de los fenómenos perturbadores, siempre con
razonamientos sistemáticos y estructurados.
Es preciso subrayar que el
objetivo de toda ciencia no es simplemente alcanzar el saber en abstracto, sino
el poder formular de propuestas tangibles para cuando coincidan las
circunstancias. Es decir se considera a la ciencia en su dimensión
utilitarista, cuanto que establece un fin práctico de aplicación.
La investigación sobre estos
tópicos, como toda ciencia, debe basarse en la acción empírica que gracias al
ensayo, a pruebas y a la acumulación de experiencia, permitan establecer reglas
que se cumplan sistemáticamente. Así pues, la utilidad científica de la
seguridad, la defensa y la gestión del riesgo de desastre puede ser aplicada a
múltiples áreas: el comportamiento predecible del enemigo en el campo de
batalla; la concatenación de acciones probables de un grupo terrorista; la
evolución política, la salud pública, la economía, y principalmente al impacto
y consecuencia de fenómenos naturales o antrópicos generadores de desastre en
una unidad social.
Aprovecho para felicitar a mi profesor y amigo, el Dr. Raymundo Padilla en ocasión de su cumpleaños.
Mtro. César Orlando Flores Sánchez
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