Esp. Lic. Gloria Bratschi
La
comunicación pública, en emergencias y desastres, es de consumo casi masivo,
atendiendo a cómo recibe cada público los datos y cómo los procesa.
Los
medios de comunicación reproducen la información, según hayan investigado por
su cuenta, o según si han recibido mensajes oficiales, provenientes de
organismos gubernamentales.
Los
medios tienen personal capacitado para acudir “al lugar de los hechos”, casi
siempre con algunos conocimientos sobre lo que van a cubrir o, tienen
corresponsales, movileros, etc., de gran experiencia, acostumbrados a dar
noticias sobre emergencias y/o desastres. Algunos, se han especializado en Gestión Integral de Reducción de Riesgos.
Se
produce en el escenario del evento, el gran roce, entre quienes están en la
respuesta y los reporteros. Tanto unos como otros, están haciendo su trabajo.
En
el caso del rescate de los chicos en Tailandia, se pudo captar que no se
entraba fácilmente al centro de operaciones, que había un cerco y, con absoluto
respeto por la privacidad e intimidad de las personas y acciones de salvamento,
la prensa debía contentarse con lo que podía cubrir y con la información oficial.
Las
especulaciones, en realidad, no deberían a ser moneda corriente en quienes son
profesionales de la comunicación. Sí es importante generar un análisis una vez
finalizado el primero y los posteriores impactos o, bien, hacerlo en forma muy
asesorada para darle a los públicos lo que necesitan conocer y comprender.
Si
las organizaciones afectadas a la respuesta, y también a la prevención,
gestionan adecuadamente su comunicación
institucional, (organizacional o corporativa), están en óptimas condiciones
para dar a los medios de comunicación la información pertinente. Una sola voz
es la que debe predominar.
Se
evitan así rumores, distorsiones, erróneas interpretaciones de los hechos. Se
evita, además que no se alteren las acciones de respuesta. En el caso de
emergencias y desastres, una comunicación eficaz, es también un insumo para la
supervivencia.
Actualmente,
toda organización o institución pública de determinada complejidad, no puede
sostener adecuadamente sus proyectos corporativos, si no gestiona la dinámica comunicacional interna y externa.
La
Comunicación Institucional es “el sistema central nervioso de cualquier
institución… Es un instrumento estratégico muy potente. La comunicación no es
un objetivo, es un vehículo y una relación, y un vehículo de relación
privilegiado porque transporta información”. (Joan Costa, Imagen corporativa
en el siglo XXI, 2001)
Debemos también
acotar que la comunicación institucional
está conformada por todos los mensajes que emite una organización, en forma
planificada o espontánea. En este sentido, al referirnos a las organizaciones
de los Sistemas de la protección civil
y otros, destinados a la prevención y atención de desastres, se requiere un
mayor conocimiento y capacitación, para promover relaciones más sustentables,
tanto internas como externas.
La gestión de la comunicación institucional en las organizaciones
aludidas, necesita también de una planificación flexible, actualizable y
participativa, como así también del establecimiento de políticas de comunicación que refuercen sus actividades antes,
durante y después de una emergencia o desastre.
Desde el área o
departamento, o dirección de Comunicación
Institucional, se diseñan las estrategias
de comunicación destinadas a la prevención de riesgos, a apoyar las tareas
de respuesta y a promover las acciones posteriores a toda emergencia o evento
destructivo. Esta tarea comunicacional se efectúa con equipos
interdisciplinarios, en donde los comunicadores sociales tienen un rol muy
especial, si están debidamente capacitados.
HACIA LA GESTIÓN EFICAZ
La información
organizacional debe estar centralizada,
más aún en todos los organismos de los sistemas
de protección civil. La centralización de la información da márgenes de
seguridad, confiabilidad y facilita una mejor selección de instrumentos
comunicacionales. La dispersión de la información impide diseñar buenas
estrategias de comunicación. No debe ser manejada por quien no está apto para
darle distribución. Las personas que intervienen en la prevención, respuesta y
post evento deben utilizarla con ética, calidad y responsabilidad.
La comunicación interna, adecuadamente gestionada, le otorga
atributos de calidad, garantizando buenos resultados, a la comunicación externa. De este modo, la comunicación social del
riesgo es, en muchos sentidos, la que facilita el conocimiento y la
comprensión de los eventos de origen natural y antrópicos-tecnológicos, para
que la comunidad pueda percibir más
nítidamente a qué peligros está expuesta.
La aceptación social e individual
del riesgo está íntimamente relacionada a la comunicación, cuando ésta es realmente una estrategia. Por esto, es conveniente determinar las
características esenciales de la comunidad involucrada en la estrategia:
hábitos, costumbres, ideas y creencias, nivel sociocultural y aquellos datos
que permitan conocer, con más precisión, los destinatarios de los mensajes.
La selección
oportuna, sagaz, bien dirigida de instrumentos de comunicación constituye,
junto al profundo conocimiento de los públicos, los primeros pasos para encontrarnos
con la estrategia. “La estrategia es el
procesado de la información de inteligencia que facilita saber en dónde es que
se está y hacia dónde se está yendo” (Scheinsohn, Daniel “Comunicación
Estratégica”, 2009).
Informar para la gestión del riesgo significa, entonces,
dar a conocer, propiciar la comprensión y motivar a la acción preventiva. Esto
sería saber en dónde es que estamos y
hacia dónde vamos. La reducción de la vulnerabilidad, la prevención de riesgos,
la mitigación de las consecuencias de los desastres, la resiliencia social e
individual para la reconstrucción, están íntimamente ligados al “saber”, al
proceso que nos permite incorporar y comprender datos y con ellos, adoptar
actitudes y conductas más perceptivas y comprometidas con la “seguridad humana”.
La estrategia de comunicación
debe también dar participación a la comunidad, para que asuma la existencia del
riesgo y pueda colaborar en la reducción de su vulnerabilidad desde compromisos
de co-gestión. .
Toda organización dispone de una
serie de instrumentos de comunicación
que deben ser utilizados tácticamente. Por lo general, al confundir información
con comunicación, estos instrumentos no permiten un impacto positivo en
conductas y actitudes. Por este motivo se necesita diseñar planes y programas de comunicación que establezcan acciones a
corto, mediano y largo plazo. Tanto en períodos de preparación de la comunidad,
como en la prevención-mitigación y en la atención de emergencias y desastres,
el poder aplicar estratégicamente los instrumentos de comunicación, permite una
mejor emisión de los mensajes dirigidos al público meta.
Fuente: EIRD-ONU, Gloria
Bratschi y Margarita Villalobos Mora, 2005
Comunicación y emergencias:
“Siendo la comunicación la ida y el retorno, el envío y
la devolución, el decir y el escuchar activamente, no puede menos que ser
también la esencia de todo acto de prevención o preparación para sobrevivir a
un desastre” ( G. Bratschi)
Para tener en cuenta:
- Establecer tipos de comunicación, adaptando los mensajes al soporte tecnológico que se vaya a utilizar
- Preparar protocolos de comunicación para la prensa local, nacional y/ o extranjera. Manteniendo un estándar de información.
- Ubicar centros de información, en mapas específicos, fijos y móviles, cerca de albergues, hospitales, etc. Utilizar carpas, u otro elemento de campaña. Distinguirlos para ser ubicados fácilmente por la población y los medios
- Estos centros se instalarán y comenzarán a funcionar varios minutos después de ocurrido el hecho. Pueden ser de varios tipos (o bien, de carácter general): para la prensa, la comunidad que se acercará a demandar noticias, las instituciones, y de orientación en prevención dentro de la emergencia.
Algunas
sugerencias para preparar contenidos
destinados a la respuesta
1) Descripción educativa de lo sucedido.
2) Apelaciones a la reflexión y búsqueda de
fortalezas.
2) Explicación de algunas operaciones de
emergencias, siempre y cuando sea oportuno para lograr adhesión.
4) Recordación de acciones.
5) Información preventiva, según necesidades de
la emergencia.
6) Estimulación a la solidaridad y participación
comunitaria organizada, según Planes de Prevención.
7) Control y neutralización de rumores
8) Evitación de confrontaciones ideológicas,
partidistas, étnicas o religiosas.
9) Búsqueda de soluciones compartidas.
10) Promoción de
proyectos cooperativos.
11) Comunicación de
acciones promotoras de rehabilitación
social, económica, psicológica y física.
Propósitos de la comunicación
durante la emergencia
Brindar información adicional a la población e instituciones, canalizando
coordinadamente la participación social; creando confianza, reduciendo la
ansiedad, diluyendo los rumores y proporcionando un servicio de comunicación
suplementario.
Promover la coordinación operativa con y entre los medios de comunicación:
públicos y privados (locales y
nacionales), y adecuar operativamente los planes de emergencia. (Lic. Ricardo Cicero Betancourt)
Se aconseja el establecimiento de un centro único de
información y comunicación-C.U.D.I.C- para consultas, emisión de
mensajes preventivos, contactos a través de radioenlaces, recepción de
evaluación de daños y necesidades, clasificación y ordenamiento de datos, etc.
Pero la función principal de un C.U.D.I.C., es la de ser el
principal gestor de la Comunicación Institucional, en situaciones donde se debe
información, producir y emitir mensajes, analizar los que ingresan o se generan
en el exterior de las organizaciones del Sistema de Gestión de Riesgos y
Protección Civil y la vinculación proactiva con los medios de comunicación y
todos los sectores de la población.
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