Basados en el Manual
para la evaluación del impacto socioeconómico y ambiental de los Desastres
auspiciado por Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL 2003) buscaremos
la relación que se da, en entre los daños al medio ambiente y su impacto
económico.
En términos
generales los desastres tienen efectos negativos sobre las condiciones de vida
de las comunidades, en su desarrollo económico y en el medio ambiente.
Para iniciar
este análisis debemos entender que la calidad de vida de las personas tiene
gran codependencia con el estado del Medio ambiente, a sabiendas que los
ecosistemas nos proporcionan bienes para nuestra subsistencia, algunos tan
básicos como los alimentos.
Ahora bien, en
el enfoque económico, los recursos naturales se constituyen como fuente
importante para la generación de riqueza, porque cualquier daño a éstos, en
mayor o menor proporción termina por afectar a la economía. Por ello la gran
relevancia de buscar un equilibrio del crecimiento sustentable.
De acuerdo a la
metodología de la CEPAL al “capital ambiental o natural” lo constituyen los
ecosistemas que brindan bienes y servicios las comunidades y a sus economías,
que al verse afectados se repercute de manera directa en los servicios o
productos que de ellos se obtienen, generando por ello daños o pérdidas a las
economías.
Debido a esta
relación se puede estimar que los daños directos sobre el medio ambiente será
el valor del capital natural afectado. Si el recurso natural afectado tiene
valor comercial el daño será en función de dicho valor, si no lo tiene, el
cálculo del daño será en función del costo de restauración o rehabilitación de
lo afectado. A estos importes habrá de agregarse las pérdidas indirectas, es
decir los beneficios que no se recibirán por la explotación de los recursos
naturales afectados durante el período de restauración.
Señala el manual
de manera precisa, que se pueden dar muy variados escenarios de afectación que
se requiere de un análisis individual para estimar de manera más puntual los
daños económicos generados por afectaciones a los recursos naturales.
Dentro del
procedimiento de evaluación se sugiere dar seguimiento a las etapas previstas (vista
esquemática) en este manual;
1.- Descripción
del estado del medio ambiente antes del desastre, que consiste básicamente en
realizar un inventario del capital natural del área de estudio.
2.- Impacto del
desastre sobre el medio ambiente, Identificar los diferentes tipos de amenazas
naturales (sólo éstas se contemplan en esta metodología) en la zona de
análisis.
3.- Evaluación
ambiental cualitativa; entendiendo la dificultad que implica dar un valor
relativo de calidad, el especialista debe basarse en su experiencia y en
literatura existente para elaborar esta calificación.
4.-
Clasificación y valoración de los efectos sobre el medio ambiente, Implica
clasificar en términos de daños directos e indirectos para compaginarlos con el
método de la evaluación económica. Una vez realizada esta parte del proceso, se
procede a su cuantificación y valoración. Entendiendo a la cuantificación en
términos de magnitud de daños ambientales (hectáreas afectadas, extensión de
bosque quemado, porcentaje de captura pesquera disminuida, etc.) y la a la
valoración como el valor económico a los efectos ambientales identificados.
5.- Valoración económica de los daños
ambientales, esta parte de la metodología busca conocer la magnitud de su
impacto en el capital natural y sobre la economía de las regiones afectadas
existiendo para ellos procedimientos vistos más a detalle en el Manual, dentro
de ellos están; el Método del costo de restauración, el método del cambio de
productividad, La tasa de descuento.
No siempre se
tiene bien claro esta correlación entre los daños ambientales y su impacto en
la economía, de tal suerte que muchos de sus efectos no se cuantifican y por lo
tanto no tenemos manera que establecer estrategias para minimizar los daños o
bien buscar acciones para la transferencia de riesgos. Tal ves en el sector
agrícola, es en donde más podemos ejemplificar la parte relativa al
aseguramiento de las siembras en caso de la presencia de fenómenos
hidrometeorológicos, pero en menor escala en los productores ejidales o con agricultores con pequeñas extensiones de siembra.
Ante esta
perspectiva seguiremos teniendo retrocesos en el desarrollo económico de
nuestras sociedades ante la presencia de daños ambientales, para muestra basta
un botón, en Sonora, que si bien es cierto no fue causado por un fenómeno
natural, la contaminación en las cuencas de los Ríos Bacanuchi y Sonora por un
derrame de residuos químicos peligrosos en la Minera de Cananea, causó severos
daños a la salud y graves daños a la economía de mucha población de la Sierra
de nuestro Estado. Daños que a ciencia cierta no se han cuantificado de manera
objetiva para resarcir a la población afectada.
Atentamente
Ing. Juan A. Serrano Sainz
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