Percepción de riesgo
Obvio para unos y oculto para otros, esto es, la dependencia del conocimiento ó del saber objetivo, necesario para poder ver ó percibir los riesgos invisibles de la modernidad, a través de los ojos de la ciencia; De tal manera que el propio desarrollo del conocimiento científico representa, para la sociedad, una fuente de percepción del riesgo.
Aquí cabe señalar que la percepción social de riesgo en función del desarrollo del conocimiento, implica un proceso lento de reconocimiento social, debido a la baja velocidad de generación de definiciones de riesgo por parte del saber objetivo, ya que para ello es necesario invertir demasiado tiempo en investigación, situación que se contrapone a la alta tasa de generación de nuevas tecnologías con sus riesgos implícitos, por ejemplo: Tecnologías genéticas, alimentos transgénicos, nanotecnología, optoelectrónica, etc.
Derivado de esta rápida producción de tecnología y riesgos invisibles, surge otra forma de reconocimiento ó de percepción social del riesgo: Al materializarse los peligros ó efectos de dichos riesgos, como consecuencia de catástrofes: Por ejemplos las explosiones de Guadalajara y México a finales del siglo pasado. Esta forma de percepción de riesgo es un proceso sorpresivo y rápido con acciones inmediatas al respecto.
Covello y Merkhofer1, señalan algunos de los principales factores que influyen en la percepción personal acerca de los riesgos: El potencial catastrófico, la familiaridad, la comprensión, el control, la exposición voluntaria y el impacto en los niños; asimismo, también señalan factores secundarios como: El terror, confianza institucional, medio de atención, historial de accidentes, beneficios del riesgo, reversibilidad e intereses personales.
Por otro lado Mary Douglas2, apoyada en la investigación de riesgo, señala que las personas tienen un fuerte sentido de inmunidad subjetiva. De tal manera que se tiende a subestimar, tanto los riesgos más probables, como los menos probables, de tal manera de que se consideran sólo los riesgos medianamente probables. Esto con la finalidad de percibir un mundo más seguro y sentirse cómodos en su forma de vivir. Por ejemplo, un riesgo altamente probable puede ser el de contraer enfisema pulmonar debido al consumo de cigarrillos, sin embargo, esto es menospreciado por su cotidianidad. Asimismo también se subestima el riesgo, casi improbable, de morir por una fuga de Amoníaco de una fábrica de hielo. Pero sí se considera el riesgo de enfermarse de dengue, por la picadura de un mosquito infectado, lo cual puede llevarlo incluso a la muerte.
También, Luhmann3 señala que los directivos de empresas tienden a sobre valorar su control en las operaciones productoras de riesgos e incluso tienden a buscar definiciones alternas de riesgo, a fin de minimizarlo y mantener su postura de control sobre el riesgo. Es decir, antes que de considerar los efectos ó peligros principales sobre el ambiente ó la salud, derivados de algún riesgo, los directivos primero se toman en cuenta los efectos secundarios ó sus repercusiones sociales, económicas y/o políticas de los mismos, a fin de tomar posiciones ó acciones frente al riesgo.
Ahora bien, retomando los aspectos de producción de riqueza y riesgos, aunado al conocimiento de
las formas de percepción de riesgos, analicemos la relación entre la percepción de riesgo y la producción de riqueza: El corazón de la máquina de progreso mundial:
El aspecto predominante, tanto en la sociedad industrial, como en la sociedad del riesgo, en esencia es la producción de riqueza y con ello implícitamente se fortalece la producción de riesgo. Esta situación se da en la práctica de dos formas: Primero, en los países industrializados, donde los riesgos de la modernidad son visibles ó perceptibles, la amenaza de la reducción de empleos y sus impactos en la economía (nacional y/o global) son una amenaza de magnitud capaz de flexibilizar las restricciones ambientales y/o de salud, para que de esta manera se favorezca la producción de riqueza y con ello la de riesgo. Segundo, en países en vías de desarrollo, donde los riesgos de la modernidad son generalmente invisibles ó imperceptibles, con la esperanza del crecimiento económico y la mejora de la calidad de vida, por la creación de empleos, se promueve la aplicación de tecnologías para aumentar la producción de riquezas y con ello de nueva cuenta se incrementa la producción de riesgos.4
Por lo anterior Beck sostiene que sistemáticamente y en forma global estamos fomentando la producción de riesgo, basados en la producción de riqueza, no obstante que los riesgos sean percibidos ó no.
En este proceso de reconocimiento de los riesgos de la modernización, según Beck, independientemente de que se necesiten los saberes científico y colectivo para percibir ó ver los riesgos, cabe destacar que privan los efectos secundarios en la sociedad, economía y política (desplome de los mercados, desvalorización del capital, expropiaciones ecológicas, obligaciones políticas, control empresarial, juicios, etc.) sobre los efectos principales en la salud y/o el ambiente (justificados, mitigados, magnificados ó no, no importa).5 Esto se puede apreciar en el “Derrame del Río Sonora”, en cuyo caso ha privado el impacto económico de la compañía minera, sobre la salud de la población y el estado del ambiente.
De esta manera, Beck señala que los riesgos son reales, cuando los humanos los perciben, viven, sienten y piensan como reales.6
1 Covello y Merkhofer 1996 en INE-SEMARNAT, “Introducción al análisis de riesgo”. Instituto Nacional de Ecología, México, 1ª edición, 2003.
2 Mary Douglas, La Aceptabilidad del Riesgo Según las Ciencias Sociales. Paidós Barcelona, 1996. 57-59.
2 Mary Douglas, La Aceptabilidad del Riesgo Según las Ciencias Sociales. Paidós Barcelona, 1996. 57-59.
3 Niklas Luhmann, “Sociología del Riesgo”, (Guadalajara, universidad de Guadalajara, 1992). 74.
4 Ibid., 51.
5 Beck, “La Sociedad del Riesgo”, 86.
6 Ibid.
Interesante abordaje sobre el tema. Un afectuoso saludo Mtro. Saúl Ruiz Fernández!.
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