Por: Henry A. Peralta
Gerente General Soluciones Resilientes
Amparo Velásquez Peñaloza
Directora Observatorio Resiliencia Territorial
Soluciones Resilientes
Queremos
llamar a la reflexión que la resiliencia es “verbo” y no sustantivo, con la
intención de motivar en ver, sentir y aplicar la resiliencia como acción. Es necesario , que deje de ser una muletilla de moda con la cual se puedan cubrir o disimular la
incompetencia en el hacer, para convertirse en el detonante que impulse a todos a construir, comprometerse y
adaptarse positivamente frente a los retos y cambios de la vida. Que permita
provocar establecer nuevos espacios de diálogo para conectar el riesgo y el
desarrollo. No como una palabra gastada, mal usada u interpretada, sino como la
palabra poderosa que invita a la reflexión-acción, para transformar la relación
sociedad-naturaleza y sociedad – sociedad, sobre la cual se sustentan muchos de los problemas
actuales de la humanidad, pero a la vez donde se pueden encontrar muchas de las
soluciones.
En
nuestro libro “Resiliencia, la clave del nuevo liderazgo del siglo XXI” hacemos una reflexión sobre el origen de la
palabra resiliencia basada en diferentes autores, esta es: “La palabra resiliencia proviene del verbo en latín resilio, que
significa saltar hacia atrás, saltar nuevamente, rebotar, chocar, caer sobre.
También se refiere a la acción de retirarse o replegarse, a contraerse y a
acostarse. Resilio a su vez está compuesto por la preposición re y por el verbo
salir, que significa saltar, brincar, dar saltos (Blanco, 1952). En latín antiguo
la preposición re, es una partícula inseparable que indica la idea de avance o
de retroceso (Nieto, 2000).”
Todo
en el origen del latín de la palabra resilio (resiliencia) invita a la acción
que es avance y retroceso. Al relacionarlo con las tendencias contemporáneas en educación se
podría decir que es una invitación a equivocarse y acertar, a permanecer siempre en
movimiento y nunca rendirse. Como humanos todo lo queremos “adiestrar” o
“domar”, otros dirían reducirlo para comprenderlo y dominarlo. Esto sucede con las palabras
que se llevan a un uso más cotidiano, más rápido y adaptativo del lenguaje. Sin embargo, en ese proceso, el vocablo puede perder su sentido primordial, por ello la
resiliencia puede convertirse en un concepto vacío si este no se llena permanentemente de contenido.
Emprendimos
la búsqueda de antemano infructuosa, de encontrar el por qué el verbo del latín
resilio, el cual al pasar al castellano como resiliencia se convierte en un
sustantivo y posteriormente se utiliza como adjetivo, “resiliente”, para perder
finalmente su esencia como “verbo” al no tener conjugación gramatical.
Es así
que revindicamos la resiliencia como “verbo”, entendido esto como la expresión
de acción o un estado en un tiempo determinado. Es pasar la resiliencia de sustantivo
a “verbo” para que tenga sentido su uso como adjetivo, ya no desde la validez
gramatical, sino desde la práctica misma, del ejercicio mismo de la compresión
de la palabra, desde la vivencia que la resiliencia es la vida y no para el desastre.
Una resiliencia
en acción que comprometa a la población y a sus gobernantes, no desde una
visión operativa, pragmática que impulsa a la acción desde la acción misma, sin
reflexión, sin pensamiento. Por el contrario, que guie con propósitos de largo plazo y no
como alegremente algunos tomadores de decisiones dicen: “haga, no piense”, a eso nos referimos.
Otro
ejemplo de la resiliencia equivocada es incentivar a la población a hacer largas filas para recibir unos recursos
económicos que los mantienen sumergidos en una especie de sueño y por siempre
en el mismo lugar de inactividad, en un contexto de asistencialismo permanente.
La resiliencia invita a potenciar la
independencia y la autonomía de los
individuos, así como de las organizaciones y la sociedad en su conjunto.
La creación
de resiliencia vista desde un enfoque asistencialista, produce y reproduce sociedades,
con personas más empobrecidas, no solo
en lo físico sino en lo psicológico, que atenta contra el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto trae como consecuencia hijos sin
esperanza y dependientes, con una
perspectiva de vida de invalidez y desamparo, donde los problemas son de otros
y no de ellos. Esta es una acción en un marco paternalista que se constituye en
un círculo vicioso de exigir sin responsabilidades.
Como
investigadores, académicos y practicantes en resiliencia queremos impulsar una concepción
de resiliencia como “verbo” y no simplemente como sustantivo u adjetivo, que invite a la acción
para generar realmente una “conmoción social” en favor del fortalecimiento de
las capacidades humanas, financieras, naturales, físicas y sociales, para
resistir las crisis.
Esta
es la búsqueda incansable que nos mueve desde la educación y la pedagogía, que
al igual que todos los conceptos impulsados, que permiten gestionar los riesgos
de desastres en los territorios y conducirnos a ser no solo sobrevivientes,
sino a ser personas que se destaquen por persistir, resistir y permanecerse con
dignidad, alegría y confianza en mejores tiempos.
Buscar
“encarnar” la resiliencia como “verbo” y con ello en la acción, es "sacarla del estadio", del lugar cómodo que se le ha
asignado como sustantivo u adjetivo. En la actualidad existen programas, planes
y campañas que motivan a adherirnos o inscribirnos, para impulsar esta gran
causa de ser resilientes. Un ejemplo de esto es el uso de frases como: sociedades
resilientes, ciudades resilientes, empresas resilientes, urbanismo resiliente,
edificios resilientes, comunidades resilientes, territorios resilientes etc.
Esto
toma valor en la medida que al asumir el compromiso con la resiliencia desde
cualquiera de los ámbitos mencionados, supere el hecho de solo adherirse o
estar inscrito a estas iniciativas, es ser ya resiliente de infracto. De lo que
se trata realmente es de llevar la resiliencia a la práctica. De no hacerlo podemos caer en el error común
de “estar pero no estar”, esto es como cuando “uno se inscribe a un gimnasio y
nunca va” y perder la oportunidad de pasar de la teoría a la práctica. No solo
son las buenas intenciones de participar las que realmente generan procesos de trasformación
camino hacia la resiliencia, son los hechos concretos que nos garantizan el éxito
del proceso.
Aquí
el llamado es a ejercitar el músculo de la resiliencia y para ello se puede
hacer uso de una conjugación de muchos “verbos”, que nos llevan a ser cada vez más
resilientes y construir el camino de la adaptación positiva en un contexto de
una sociedad global en un clima
cambiante.
Hacer
de la resiliencia un “verbo”, es poner
este sustantivo en acción y encarnarlo en los principios de un líder en
resiliencia. Donde cada uno seamos líderes de nuestra propia vida para inspirar
a otros. “Un líder en resiliencia es un
individuo que se conoce a sí mismo, está dispuesto a romper paradigmas, cambiar
sus esquemas mentales y atreverse de salir de la zona de lo conocido hacia la
zona de lo desconocido, lo que implica transformar lo que se piensa y lo que se
hace. Este tipo de líder en resiliencia no sólo busca su beneficio personal,
sino el fortalecimiento de sus grupos cercanos y en ese ejercicio se forma así
mismo en un liderazgo innovador y creativo que se anticipa a las adversidades.”
Vista la
resiliencia como “verbo” y no como adjetivo, hace que este liderazgo personal
se relacione y se comprometa con el entorno y se reinvente desde lo personal
para impulsar en otros el liderazgo, innove desde lo local hacia lo global,
para transmitir sus experiencias y sin temor, crear nuevas realidades en busca
de espacios y territorios más resilientes. La invitación hacia ver, sentir y
aplicar la resiliencia como “verbo y no sustantivo”, es el de superar el reto
tanto a nivel individual o colectivo, de convertirnos en reales practicantes de la
resiliencia.
Vergación 20 parrafos hablando de que la resiliencia es un verbo y no un sustantivo ni adjetivo Y TODA LA PVTA REDACCIÓN NO CONJUGAN LA PVTE PALABRA
ResponderEliminar¿¿CÓMO SE CONJUGA??
a pesar del mal gusto del reclamo, aporto decentemente esta perla:Así se conjuga el verbo Resilier en Español
EliminarYo resisto
Tu afrontas
El trasciende
Nosotros transformamos
Ellos maduran
Ustedes crecen
Vosotros superáis
Comunidad Latinoamericana en Resiliencia