LOS SISMOS DE SEPTIEMBRE DEL 2017 EN
LA CIUDAD DE MEXICO.
Un sismo es el movimiento de la
corteza terrestre (litosfera), debido a la energía liberada por la fractura de
una placa tectónica.
La capa más superficial de la tierra
llamada Litosfera, es una capa rígida compuesta por material que puede
fracturarse al ejercer una fuerza sobre él y está constituida por grandes
pedazos formando un rompecabezas conformado por piezas llamadas placas
tectónicas.
Las placas tectónicas o placas
litosféricas son planchas rígidas de roca sólida flotando sobre una capa
semifluida (Astenosfera).
Las placas tectónicas están en
constate movimiento, estos desplazamientos aleatorios de las placas son
generados debido a que el material caliente del interior de la Tierra sube a la
superficie liberando el calor interno, mientras que el material frio baja al
interior.
Este fenómeno provoca el movimiento de
las placas que generan fuerza de fricción manteniendo atoradas dos de ellas
adyacentes, produciendo grandes esfuerzos en los materiales.
Cuando dichos esfuerzos sobrepasan
la resistencia de la roca, o cuando se vence la fuerza de fricción, se produce
la ruptura violenta y la liberación repentina de la energía liberada,
generándose así un temblor que radia mucha energía en forma de ondas que se
propagan en todas direcciones a través del medio solido de la Tierra
Un
terremoto intraplaca es un sismo
que ocurre dentro de una placa tectónica, mientras que los terremotos interplaca ocurren en los límites
de dos placas tectónicas.
Los terremotos intraplaca son menos
frecuentes; los interplaca son los más comunes.
De acuerdo con la teoría de la tectónica de placas, la superficie de la
Tierra está formada por siete placas tectónicas primarias y ocho placas
secundarias, además de docenas microplacas terciarias. Estas placas se mueven
muy lentamente, a consecuencia de las
corrientes de convección
dentro del manto debajo de la corteza terrestre.
Debido a que no todas se mueven en la misma dirección, las placas a menudo colisionan
directamente o se mueven lateralmente a lo largo unas de otras, un ambiente
tectónico que genera terremotos frecuentemente. Son relativamente pocos los
terremotos que ocurren en ambientes intraplaca, la mayoría ocurren en las fallas
cerca de los márgenes de las placas (zonas de subducción). Por definición, los
terremotos intraplaca no se producen cerca de los límites de placas, sino a lo largo
de fallas al interior relativamente estable de las placas. Estos terremotos
ocurren a menudo en la ubicación de antiguas fisuras fallidas, ya que tales
estructuras pueden presentar una debilidad en la corteza donde fácilmente puede
deslizarse para acomodar la tensión tectónica regional.
Comparados con los terremotos cercanos
a los límites de las placas, los terremotos intraplaca no son comprendidos del
todo y los peligros asociados a ellos pueden ser difíciles de cuantificar
Respecto a las placas tectónicas en México,
se sabe que nuestro país se encuentra en uno de los lugares con mayor
propensión a los sismos debido a la interacción de cinco placas:
Norteamericana, Cocos, Pacífico, Rivera y Caribe. Y es justo esta interacción
la que crea los sismos.
El
temblor de este 19 de septiembre de 2017 fue precisamente de tipo
intraplaca, el cual ocurrió en la Placa de Cocos,
por debajo de la de Norteamérica, este sismo de Mw 7.1 impactó a la Ciudad de México fuertemente ya que,
ocurrió a escasos 57 Km. de profundidad, en la frontera entre los Estados de
Puebla y Morelos, a una distancia de solo 120 Km de la capital de la república,
tanto por la ubicación del epicentro como por la trayectoria de las ondas
sísmicas los daños se concentraron a lo largo de la zona de transición, a
diferencia de lo ocurrido en el año 1985, que fue un sismo de mayor magnitud,
interplaca, a una distancia mayor, impactando la zona lacustre de la Ciudad de
México, y causando muchísimos más daños y defunciones que en el año 2017.
En el sur de México, la placa
oceánica de Cocos se mete (subduce) por debajo de la de Norteamérica. El sismo
de 1985 ocurrió en la interfaz entre la Placa de Cocos y la de Norteamérica,
cerca de la costa. El de 2017 ocurrió adentro de la Placa de Cocos.
Si ya sabemos
que los sismos son impredecibles en todos sus aspectos, momento en que
ocurrirán, lugar, tipo, magnitud y afectación, ¿qué podemos hacer para no
resultar afectados o, resultar lo menos afectados?:
Primero,
hay que estar conscientes de que NO EXISTEN LOS DESASTRES NATURALES, la
naturaleza no origina desastres, LOS DESASTRES SON SOCIALMENTE CONSTRUIDOS, es
decir, los origina el ser humano.
No hay
que perder de vista que los “FENOMENOS NATURALES” como los ciclones tropicales,
que dependiendo de la velocidad de sus vientos pueden convertirse en huracanes
hasta categoría V, las erupciones volcánicas, sismos, y algunos otros, existen
desde mucho antes que el ser humano apareciera en el planeta, ya que son parte
de la vida del planeta, de su evolución.
Aquí el
problema radica en que los seres humanos creemos que podemos controlar y
dominar a la naturaleza y, hasta inconscientemente tratamos de enfrentarnos a
ella.
Hay que
recordar lo que Simón Bolivar dijo: “Si la naturaleza se opone; lucharemos en
contra de ella y haremos que nos obedezca (Simón Antonio De La Santísima
Trinidad Bolivar Y Palacios – Simón Bolivar)”, ante tan temeraria afirmación, podemos
decir que, aunque no lo digamos o lo pensemos, nosotros de una u otra manera
actuamos en función de esa cita.
Nuestra
soberbia y arrogancia como seres humanos es tan desmedida que ni siquiera nos
damos el tiempo de pensar que nosotros podríamos salir afectados ante la
magnificencia de la naturaleza, simple y sencillamente ni aparece en nuestra
mente, y no nos damos cuenta que nosotros, los seres humanos, somos los que
originamos los desastres.
Un
desastre no es más que la interrelación entre el fenómeno natural (peligro),
nuestra exposición a ese fenómeno natural y la vulnerabilidad (qué tan
vulnerables somos cuando nos exponemos ante la presencia de ese fenómeno).
En
función de lo que acabo de exponer, yo digo lo siguiente: ciertamente la naturaleza
no es nuestra enemiga, al contrario, pero si así lo piensas, hay un refrán que
dice, “SI NO PUEDES CON TU ENEMIGO, UNETELE”, repito, ciertamente la naturaleza NO es nuestro
enemigo, pero hay que estar conscientes que enfrentándola nunca, nunca podremos
con ella, uno no puede llegar a casa ajena e imponer su voluntad, y la
naturaleza es la dueña y señora del planeta Tierra, únicamente nos está dando
hospedaje durante un determinado tiempo, los años que permanecemos con vida,
por ello insisto, la naturaleza no es la culpable de nuestros desastres, “LOS
DESASTRES SON SOCIALMENTE CONSTRUIDOS”, por lo tanto no hay que tratar de
enfrentar y ganarle a la naturaleza, hay que agradecerle y aprovechar lo que
ella, generosamente, nos da, y evitar o reducir nuestra vulnerabilidad, y si
alguien piensa que puede luchar contra la naturaleza y hacer que lo obedezca,
“está como operado del cerebro”.
La
naturaleza es muy poderosa y nosotros junto a ella somos más que
insignificantes.
Hay que
ser humildes, aceptar que el planeta Tierra es nuestra casa, pero nos está
siendo prestada, y la naturaleza es la que nos permite vivir aquí, es quien nos
proporciona el oxígeno que respiramos, los alimentos que ingerimos, y el agua
que bebemos, por lo cual, por ello tenemos vida y disfrutamos de ella.
No le
eches la culpa a la naturaleza de lo que es tu responsabilidad y lo que tú
provocas.
J. Raúl Cantón y Lara
No hay comentarios:
Publicar un comentario