Del Simulacro y la Unidad

  Del Simulacro y la Unidad

El desastre sanitario que impera de manera global obligó a actuar con sensatez cancelando el “macro-simulacro nacional” del 19 de septiembre, en el cual, como siempre, ya sabíamos la hipótesis, la hora y repetir el mismo papel que se representa año con año, dejando de ser un simulacro en sí, convirtiéndose, a su vez, en un festival que, más allá de generar conciencia, es para mostrar cascos y chalecos. Sin embargo, a falta de simulacros de campo, pudieron realizarse simulacros de gabinete, se pudo también haber potenciado la formulación de los Planes Familiares de Protección Civil, e inclusive, la elaboración de los Programas Internos de Protección Civil, cuyo “éxito” (?) fue palpable en 2017… porque muchos lo ven como letra muerta y muchos otros como nada más un requisito que permite hacer de ellos una fuente de recaudación.

 

Todos somos muy buenos para criticar; pero hoy toca hacer un llamado a quienes tomamos la Gestión del Riesgo de Desastre de manera seria, a quienes la adoptamos como una forma de vida, más allá de un negocio. Hemos visto con tristeza, cómo se desvanece la esperanza de un liderazgo adecuado, consiente, y conocedor que provoca el retroceso de este tema en detrimento de la Seguridad de la Nación. Gestionar el Riesgo, fomentar la actitud y la cultura preventivas, debe ser un eje definitivo y constante en los planes para el desarrollo, en los tres órdenes de gobierno. Es decir, si entre el gremio no somos capaces de actuar con seriedad y unidad, seguiremos sin un rumbo adecuado en la Protección Civil, pues los tomadores de decisiones nos seguirán viendo como un área que “ahí está, pero que no se sabe para qué sirve”; en el ámbito intra-institucional seguirá relegado a las áreas de servicios generales o mantenimiento, o subordinada a dependencias que poco conocen de la protección civil, en su generalidad.

 

No pocas veces he manifestado la urgente necesidad de dejar de lado el protagonismo, el “yo sé más que tu” o “tengo más parches en mi uniforme” … Es imperante la unidad de rescatistas, de bomberos, de socorristas, de prevencionistas y preventólogos, de co-responsables, tanto los que trabajan en gobierno, como los que están en la iniciativa privada, los de grupos voluntarios, académicos e investigadores y de todos aquellos quienes vemos a la Gestión del Riesgo de Desastres y a la Protección Civil desde una perspectiva profesional. ¿Por qué? Pues en la medida en que empecemos a sumar, a compartir en lugar de juzgar, podremos demostrar la verdadera importancia de este tema. En función de cómo estemos unidos, tendrá mucho mayor seriedad para las instituciones, y consecuentemente para los diversos sectores de la sociedad.

 

No todos somos moneditas de oro, pero es absolutamente necesario apelar a la humildad, y lo digo con todo tacto, para dejar la soberbia. Es mejor enseñar que juzgar, es mejor compartir que esconder, es mejor trabajar coordinados a sólo estar tirando indirectas de lo que se podría haber hecho porque somos mejores. Cada quien tiene una labor específica en la gestión del riesgo, tanto operativa como administrativa, pero si no sumamos para enseñar a los que no pertenecen a este medio, muy difícil será que tanto la Gestión del Riesgo de Desastre como la Protección Civil, estén presentes en el escenario de la agenda pública, y ya hemos perdido, por lo menos, un par de décadas que nos han costado miles de millones de dólares en pérdidas y daños por desastres, por no hablar de las vidas humanas, y gran parte de esas consecuencias es por la carencia de unidad al interior del gremio. 

 

Si estamos unidos, el Premio Nacional de Protección Civil no se entregaría a instituciones cuyo fin es precisamente gestionar el riesgo, nacionales o internacionales, sino a la sociedad civil, a asociaciones, colectivos o de manera individual. 

 

Si estamos unidos, realmente unidos, no se legislaría en las rodillas, a modo, y se aplicaría la normatividad de manera más adecuada. Si dejamos las envidias y la soberbia de lado, si sumamos lo que sabemos entre todos, desde la cátedra que nos corresponde, pondremos la gestión del riesgo y la protección civil en la vida real, no sólo en hechos aislados, y mucho menos sólo en papel. Si dejamos de cuestionar los términos, y los incluimos a nuestro vocabulario, si dejamos de hablar mal de fulano o zutana, que son del medio, y nos proponemos compartir con ellos, seremos capaces de hacer presencia de nuestro tema a nivel nacional.

 

Piénsenlo, tenemos un potencial impresionante, no seamos los cangrejos en la cubeta, y retomemos el liderazgo que le corresponde a México en temas de Reducción del Riesgo de Desastre. Lo cual no será posible mientras sigamos con esa actitud de envidia y de egocentrismo. Alegrémonos de los logros de los demás y aprendamos de ellos, y los que saben más, pues enseñen, no nada más estén criticando. Eso, eso también es gestionar el riesgo!!!! No lo creen?

 

Mtro. César Orlando Flores Sánchez.