Estimados lectores, quizás sea posible que las nuevas
generaciones desconozcan que en la región norte de la República Mexicana, en donde se ha llegado a suponer un nivel nulo de sismicidad, se tiene registro de uno de los terremotos históricos más fuertes y
devastadores que son menos frecuentes que los que se originan en las áreas limítrofes
de las placas tectónicas que la conforman, conocidos como sismos intraplaca, definidos como aquellos que ocurren por deformación interna de las placas y pueden ocurrir en cualquier lugar donde existan fallas geológicas activas. (SEGOB/CENAPRED, 2001). Esta clase de terremotos cuando son de
grandes magnitudes pueden generar graves daños en zonas urbanas, cuando no se
toman en cuenta criterios de diseño sísmico para edificios y diversas obras.
1.- Sismicidad histórica del estado de
Sonora.
El estado de Sonora está ubicado en la placa tectónica Norteamericana
y presenta sismicidad histórica relevante, tal como lo refiere Suter (2001),
quien realiza una compilación detallada para el período 1887–1999 descrita en
catálogos, archivos e informes de periódicos, que arrojó 64 eventos (excluyendo
réplicas). Uno de los más sismos relevantes fue el ocurrido el 3 de mayo
de 1877, conocido como el temblor de Bavispe (M=7.4), por sus
efectos en esa localidad y después los registrados en 1907, 1913 y 1923, respectivamente (Fig. 1). La mayor parte de la
sismicidad analizada se concentra en la región epicentral del terremoto de 1887,
cuya ruptura superficial fue de más de 100 km de largo.
Fig. 1 Mapa sismotectónico del noreste de Sonora con
epicentros de sismos históricos,
la línea de ruptura del terremoto de 1887 y
otras fallas geológicas
(Fuente:
Suter, 2001)
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De acuerdo a los registros históricos de grandes sismos en el
país, los catálogos de sismicidad y datos de aceleración del terreno como
consecuencia de terremotos de gran magnitud, se ha definido la Regionalización
Sísmica de México (Fig. 2). por lo cual el territorio mexicano en
función de su sismicidad, está dividido en cuatro grandes zonas: A, B, C y D,
según su grado de peligrosidad sísmica de menor a mayor (Atienza, 2015).
Por todo lo anterior, el estado de Sonora está comprendido en
la zona B, que se caracteriza por presentar sismicidad con menor frecuencia o bien,
están sujetas a aceleraciones del terreno que no rebasan el 70% de g (SEGOB/CENAPRED, 2001).
Fig. 2 Mapa
de la Regionalización Sísmica de México
(SEGOB/CENAPRED, 2001)
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2. Introducción
De acuerdo al Servicio Sismológico Nacional (2020), alrededor
de las 15:00 horas de la tarde, del día 3 de mayo de 1887, a unos 50 km de del
pueblo de Bavispe, ubicado en el noroeste del estado de Sonora, ocurrió el sismo intraplaca de
mayor magnitud (M= 7.4), aunque de acuerdo a los estudios de Castro (2015), se le designó una magnitud de 7.5, por lo que se le considera como el mayor movimiento
telúrico histórico hasta la fecha registrado en el norte de México.
Para Suter (2001), el temblor fue relativamente superficial,
a una profundad de 18 km y por su parte los investigadores Valencia y Calmus (2020),
coinciden con citado autor en señalar que este sismo, tuvo su origen a
lo largo de una falla que se extiende
por aproximadamente 100 kilómetros, desde el sur del valle de San Bernardino hasta
la Sierra Otates, formando tres segmentos que son: la falla geológica
Pitaycachi (al norte), Teras (en el centro) y la Otates, dentro de la provincia
de Cuencas y Sierras de Sonora (Fig. 3).
Fig. 3.
Vista aérea del escarpe de falla del terremoto de 1887 en Sonora.
(Crédito: Dubois y Smith, 1980)
3- Efectos y daños
causados por el terremoto del 3 de mayo de 1887
A este evento se le conoció como el Terremoto de Sonora o de Bavispe,
por su epicentro en las cercanías de ese pueblo que había sido fundado como
misión jesuita en 1645, por el P. Cristóbal García (Revista IHS, 2019) y que
fue casi devastado y con pocas víctimas por lo escaso de su población: 42
fallecidos en Bavispe, aunque Silva Ortiz (2019) señala 51 decesos, otras notas reportan 9 muertos en Óputo
y 1 en Fronteras, sin contar los heridos , debido principalmente al derrumbe de
las casas de adobe, así como iglesias (Fig. 4).
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Fig. 4. Parte
exterior de una iglesia en Bavispe, Sonora, dañada por
el terremoto
del 3 de mayo de 1887
Este sismo ocasionó daños
severos en varias poblaciones de Sonora, como son el ejido Colonia Morelos,
Huachinera, Moctezuma, Granados, Bacadéhuachi, Fronteras, Villa Hidalgo, Óputo,
Huásabas, Nácori Chico y Arizpe. (Fig. 5)
Fig. 5. Daños
ocasionados en la iglesia de Bacadéhuachi,
Sonora después del
temblor del 3 de mayo de 1887
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Además en las localidades de Janos, Casas Grandes, Galeana,
Buenaventura y Guerrero en el estado de Chihuahua, incluyendo su capital, tal
como quedó documentado para ese desastre, en las crónicas descritas en los periódicos
oficiales de la época (Fig. 6)
Figura 6.
Recorte del diario del miércoles 4 de mayo de 1887, sobre la descripción del
temblor
en Chihuahua
(Crédito: A quien corresponda)
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De acuerdo al extenso reporte elaborado por Dubois y Smith
(1980) y en un artículo publicado en 1987 por el Arizona Bureau of Geology and
Mineral Technology, se incluye un mapa con las intensidades en la Escala Modificada
de Mercalli (MM), señalando en la región epicentral de Bavispe, una intensidad máxima
de XI a XII, ya que entre las narraciones se describieron los siguientes
efectos: "Pocas estructuras permanecen en pie; puentes destruidos; fisuras
en el suelo; tuberías rotas; deslizamientos de tierra; rieles doblados.
Otra descripción señala: … En Bavispe las
campanas tocan solas, la gente huye a lo alto de la loma, llora y reza, la
tierra se cuartea, nadie puede salir a dar auxilio, el río quedó seco, después
se inunda, la sierra arde y el desastre es completo; queda una casa en pie como
testigo que ahí hubo una ciudad sin ventura.
En cuanto a los daños descritos en Hermosillo, se calculó un
rango de intensidad de VII
En el estado de Chihuahua, las intensidades fueron desde IX a
X en Janos, VIII en Guerrero y Galeana, VII en Casas Grandes y de V en su ciudad
capital. Además, fue sentido y reportado en ciudades tan alejadas como la Ciudad de México y en el sur de
Estados Unidos, tal como ocurrió en ciudades del estado de Arizona; siendo en Yuma,
donde tuvo una intensidad de III; VI en Phoenix
y con intensidades entre VII-VIII en Tucson. (Fig. 7).
Fig. 7 Mapa de isosistas del
terremoto de Bavispe de 1887. Los números romanos representan valores de
Intensidad de la Escala de Mercalli Modificada (Crédito: Dubois y Smith, 1980)
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Este terremoto ha sido relevante en
estudios recientes de sismología cerca de la región epicentral donde la mayoría
de los eventos relocalizados se agrupan cerca de las fallas que rompieron
durante el sismo de 1887.
A MANERA DE REFLEXIÓN
Han pasado 133 años
del temblor de Bavispe de 1887 y el impacto generado en los estados de Sonora y
Chihuahua, justifica la importancia de la aplicación de recursos tanto para contar
con más especialistas que desarrollen nuevas investigaciones con redes de observación
sismológica implementadas por instituciones académicas con el objetivo de comprender
y evaluar el potencial de riesgo sísmico en esta región del norte de México.
Debido a que los terremotos de gran magnitud seguirán ocurriendo
en el futuro, son considerados una amenaza natural, que en caso de convertirse
en desastres, tal como sucedió en septiembre de 2017, se debe mejorar la normatividad en la construcción, misma que debe de ser respetada
y verificada en su cumplimiento y por ello, hoy más que nunca, cobra relevancia la
permanencia del FONDEN, como un instrumento interinstitucional, que de acuerdo
al Global Facility for Disaster Reduction
and Recovery (2012) su esquema de operación se encuentra en continua
evolución a través de la incorporación de lecciones aprendidas a lo largo de
años de experiencia, para la implementación de acciones y aplicación de
recursos para mitigar los efectos que se produzcan a
consecuencia de la ocurrencia de un fenómeno natural perturbador, en la población que resulte
afectada, misma que tiene el derecho de exigir
que se destinen todos los recursos necesarios para garantizar su seguridad.
Fuentes bibliográficas y
hemerográficas
Castro R. R. 2015 Seismicity in the Basin and Range Province of Sonora, México, between 2003 and 2011, near the Rupture of the 3 May 1887 Mw 7.5 Earthquake. Geofísica Internacional (2015) 54-1: 83-94
Cruz Atienza V. M. , 2015. Los sismos. Una amenaza cotidiana. La caja de cerillos ediciones. Primera Reimpresión, México.
Global Facility for Disaster Reduction and Recovery.El Fondo de Desastres Naturales de México. Una Reseña Junio 2012. Consultado en http://www.proteccioncivil.gob.mx/work/models/ProteccionCivil/Almacen/fonden_resumen_ejecutivo.pdf
DuBois S. M., and Smith, A W., 1980. The 1887 earthquake in San Bernardino Valley, Sonora. Historical accounts and intensity patterns in Arizona: Arizona Bureau of Geology and Mineral Technology Special Paper 3, 112 p. Consultado en:
http://repository.azgs.az.gov/sites/default/files/dlio/files/nid1578/sp3_the_1887_earthquake-red.pdf
Revista IHS 2019. Consultado en: https://m.facebook.com/Revista-IHS-472428142854560/
Secretaría de Gobernación. CENAPRED. 2001. Diagnóstico de Peligros e Identificación de Riesgos de Desastres en México. Primera Edición. Impreso en México. Págs. 34 y 46.
Servicio Sismológico Nacional (2020) Sismos históricos de México: 3 de mayo de 1887
Silva Ortiz L. M. 2019. Cónica de seis siglos de sismos en México: lecciones aprendidas y perspectivas.Pág. 38. Consultado en: http://www.amis.com.mx/amiswp/wp-content/uploads/2019/05/LIBROSISMOS2.pdf
Suter M. 2001.The historical
seismicity of northeastern Sonora and
Northwestern Chihuahua Mexico 28-32N; 106 111 W Journal of South American Earth Sciences
Vol. 14 Págs. 521-532. Consultado en:
Excelente artículo, muy bien sustentado e interesante para los que creen que no tiembla en Sonora. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias estimado Ray!!Voy a proponer este articulo para un capitulo de un libro. Un abrazo!
EliminarMuchas gracias, agradezco su comentario. Me gusta mucho la historia y no se diga, investigar. Le envío un cordial saludo.
ResponderEliminarsaludo!