“Las cinco cosas que he entendido del coronavirus, gracias a la
información de mi Gobierno: 1) Está prohibido salir, pero no está prohibido, o
sea no debes salir a menos que lo necesites, pero si lo necesitas, sal, y si
no, pues no; 2) Tenemos menos casos que otros países, bueno, no, porque no
estamos haciendo pruebas y además, no son muy confiables. Igual es solo un
sistema centinela, habrá muchísimos más no detectados, pero son menos creo, o no;
3) Los contagios iniciaron desde principios de marzo, pero a finales de marzo
estaba bien abrazar a todos y hacer giras políticas y morder niñas; en abril ya
se había contagiado todos, pero fue cuando iniciamos la cuarentena, pero ya nos
felicito la OMS, pero igual vamos a fase 3, pero vamos bien; 4) Los cubre
bocas no sirven, bueno, sólo si estas infectado, pero como no sabes si estas
infectado, mejor ponértelo, pero no sirve, o si, igual no hay ya cubre bocas,
mejor no te preocupes; 5) El mes que sigue, será la Fase 3, de máximo contagio,
pero será al mismo tiempo que levantemos la cuarentena, pero igual la
cuarentena no evitará que lleguemos a fase 3, o sea, si sirve, pero no, pero
después les decimos cuando la levantamos, o no, depende” (copiado de facebook).
Imagen tomada de redes sociales (ws) se desconoce el autor
La anterior Chimoltrufienta reflexión sobre “Quédate en Casa” y “Sana
Distancia” es una joya, pareciera chiste pero establece con cercanía el nivel
de distorsión como se ha recibido el mensaje gubernamental verbal y no verbal del
riesgo.
Según el manual CENAPRED, la comunicación del riesgo “tiene como
propósito la trasmisión de información planificada y sensible de acuerdo a las
necesidades de la comunidad por medio de mensajes claros, fidedignos y
oportunos, que motiven a la población a disminuir la ansiedad, modificar
actitudes, prepararse para eventualidades de emergencia, y proporcionar una
percepción objetiva que les genere confianza, les lleve a la acción, reduzca el
riesgo y mitigue el peligro” (CNIEEUUAA, 1989)... “También se preocupa por dar
respuesta durante el desastre y toma en cuenta la percepción del riesgo para el
trabajo antes, durante y después de la crisis”.
Entonces es importante considerar que cada persona percibe el mensaje
de acuerdo a su educación, creencias, valores, mitos, prejuicios, religión, etc.,
y que aún en tiempos de estabilidad la interpretación será distinta, porque
también dependerá de sus necesidades sociales, económicas e interpersonales, el
reto pues es elaborar mensajes asertivos, empáticos, confiables, efectivos, que
eduquen y formen. Me atrevo a sugerir la creación del Comité de Comunicación
con especialistas de la sociología, comunicación, psicología, sanidad, pedagogía,
gestores del riesgo e incluso de contra inteligencia, que diseñen esos mensajes
pero también, en virtud de no poder hacer intercambio de comunicación cara a
cara, realicen análisis y evaluación del comportamiento social, se retroalimenten
de forma permanente para que se hagan las mejoras necesarias oportunamente. Si
todo ello se hace en campañas políticas, sería factible probar aún ya declarada la Fase 3 del Covid-19, nunca es tarde, la prevención lo vale.
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