EL DESASTRE NO ES UNA AMENAZA
El Desastre no es una amenaza,
no es un riesgo, no es un peligro, no es un fenómeno perturbador, un desastre
es un hecho consumado, es la consecuencia de una serie de factores que se van
encadenando, y algunos de esos factores son los fenómenos naturales que por sus
características al impactar en alguna zona habitada por el ser humano, zona
vulnerable a tal impacto, sufre daños, fenómenos naturales como los ciclones
tropicales, los sismos, las erupciones volcánicas, los tornados.
Tales fenómenos naturales son
parte de la vida del planeta, y se han presentado en éste desde antes de que el
ser humano existiera y seguirán generándose, hay que tener presente que el
planeta que habitamos es un ente vivo, y así como nosotros comemos, respiramos,
dormimos, crecemos, caminamos, corremos, nos movemos, etc., el planeta también
lo hace a su manera.
El problema radica en cuan
vulnerables somos ante la presencia y el impacto de alguno de esos fenómenos
naturales, pero la vulnerabilidad ante esos fenómenos la generamos nosotros,
los seres humanos, no la naturaleza, de ahí que se diga que los “desastres son
socialmente construidos”.
Los ciclones tropicales,
debido a ciertas condiciones que se presentan en determinadas épocas del año,
se generan, desarrollan y llegan a impactar determinadas zonas con cierta
periodicidad, y eso lo sabemos, si eso lo sabemos y de todas maneras nos
asentamos en donde tarde o temprano va a impactar dicho fenómeno, ¿eso es un
desastre natural o un desastre socialmente construido por la o las personas que
a sabiendas que eso va a suceder o puede suceder va y se ubica en ese lugar?, y
no nada más eso, para construir el fraccionamiento o unidad habitacional se
destruyen humedales y manglares que son las barreras naturales ante el impacto
de un ciclón tropical, eso es tanto como pararnos en medio de una avenida de
alto flujo vehicular, tarde o temprano algún vehículo nos va a atropellar, y en
ese caso ¿quién tiene la culpa?, yo que me paré en medio de la avenida o el
automovilista?
Es lo mismo cuando construimos
nuestra hermosa casa de campo en las faldas de un volcán, a sabiendas que tarde
o temprano va a hacer erupción, porque los volcanes hacen erupciones, y se
destruyen todas las casas y demás construcciones que se ubican en esa zona,
¿Quién tiene la culpa, el volcán o los que se asentaron ahí?
De igual manera con los
sismos, si nos asentamos en una zona sísmica, que además la gran mayoría de las
personas ni siquiera se toman la molestia de investigar ese pequeño detalle, y
además no se construye acorde con la aceleración que puede tener el suelo en
función de ondas sísmicas, ¿Quién tiene la culpa, la naturaleza o la persona que
se asentó ahí y mal construyó?
Y así sucesivamente.
Sin embargo, no es el cómo se
les llame, el problema radica en que las palabras, los términos y expresiones
hacen que nos formemos una idea, ideas que pueden ser acertadas o erróneas, y
en función de ello actuemos, en este caso en especial, la población en general
cree que los desastres efectivamente son provocados por los fenómenos naturales,
pero el mayor problema es que, muchas personas que fungen como autoridades en
materia de protección civil así lo creen, sobre todo cuando el cargo lo ocupan
sin que antes hubieran tenido antecedentes profesionales en ello.
Ejemplos hay muchos, inclusive
a nivel federal, no vamos muy lejos, el sexenio pasado, ese sí, fue un desastre
a nivel nacional, o dar bandazos de aquí para allá, y creer que la protección
civil es estar presentes en las emergencias, siniestros o desastres, tratando
de inventar el agua tibia o el hilo negro, prevaleciendo en ellos la arrogancia
y la soberbia, sin embargo hay quienes sin haber vivido esa experiencia o tener
conocimientos al respecto son buenos administradores públicos y se saben rodear
por personas muy preparadas, y no asumiendo el cargo y deshaciéndose de
elementos muy valiosos, sintiéndose los todos poderosos.
Afortunadamente lo que se
visualiza en este nuevo período administrativo, cuando menos a nivel nacional y
en la Ciudad de México, es positivo, los titulares han tenido la visión de
rodearse de personas con muchos conocimiento y experiencia, algunos de ellos
hasta con maestría en gestión integral de riesgos, y me refiero específicamente
a David León Romero, en la Coordinación Nacional de Protección Civil, de quien
desconozco su experiencia en materia de protección civil y gestión integral del
riesgo, lo que sí sé es la preparación, experiencia y capacidad del que ahora es el brazo derecho en esa
Coordinación Nacional, el Mtro. en Gestión Integral de Riesgos, Luis Eduardo
Pérez Ortiz Cancino. Y respecto a la Ciudad de México, quien ocupa actualmente
el cargo como Secretaria de Gestión de Riesgos y Protección Civil, la Mtra.
Miriam Urzua Venegas, persona con bastante experiencia en la rama, se ha sabido
roder de algunos de los mejores especialistas en esta materia, y no uno,
varios, quienes ocupan puestos estratégicos, por ahí vamos bien, ahora hay que
realizar la labor más difícil, hacer lo necesario para, cambiar la mentalidad
de la sociedad en general y que la población se concientice que los que provocamos
los desastres somos los seres humanos no la naturaleza.
UN ABRAZO, CON MIS MÁS
SINCERAS FELICITACIONES, QUE DISFRUTEN DE ESTAS FIESTAN NAVIDEÑAS, PARA LOS
CREYENTES, Y PARA LOS QUE NO SON CREYENTES, DE ESTA FIESTAS DECEMBRINAS, Y QUE
EL AÑO QUE EN BREVE INICIA, LOS COLME DE SALUD, DINERO Y AMOR.
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