Esta vez para mi contribución mensual no sólo
decidí hablar sobre el huracán Rosa que se formó en el Pacífico, sino también
acerca de la propuesta de la creación del "sistema nacional de gestión
integral de riesgo de desastres". Más adelante les explicaré la relación
que tienen, aunque al principio parezca poca.
El huracán Rosa se originó el día 25 de septiembre
del 2018. Al principio era una depresión, pero después, el día 27 de
septiembre, se intensificó a huracán para continuar desarrollándose hasta
huracán categoría 4 el día 28 de septiembre. Afortunadamente, se debilitó a
tormenta tropical por falta de humedad y por las bajas temperaturas superficiales
del mar el día 1 de octubre, día en el que tocó tierra.
Trayectoria del huracán Rosa, 2018. Imagen tomada de https://en.wikipedia.org/wiki/Hurricane_Rosa_(2018)
Como he repetido un sin de veces, los huracanes podrían parecer mounstruosos en un principio. Sin embargo, son transportadores de grandes cantidades de agua, que permite la recarga de acuíferos, ríos, lagos y presas. Tanto la región de la península de Baja California, como el noroeste de México (Sonora y Sinaloa) habían estado experimentando una sequía, justo antes de que los afectaran las fuertes lluvias ocasionadas por la depresión tropical 19-E. Sin embargo, es aquí donde surge la importancia del ciclón tropical. ¿Qué pasaría si los siguientes meses experimentaran una sequía fuerte? ¿no hubiera sido importante que utilizaran esa cantidad extrema de agua como reserva en caso de un evento de sequía prolongada?. Por lo mientras, el pronóstico para el mes de noviembre indica que estas regiones tendrán pequeñas anomalías negativas de precipitación.
Pronóstico de precipitación para el mes de octubre, 2018
Ahora bien, reconociendo la importancia de los ciclones tropicales y sabiendo que no son fenómenos que rara vez afectan a México, surge la interrogrante ¿porqué México sigue perdiendo millones de pesos cada vez que un ciclón tropical toca tierra en nuestro país?, ¿será acaso que tantos años no han dejado ningún aprendizaje?. De acuerdo a cifras oficiales de CENAPRED (2016), cada vez que, por lo menos, dos ciclones tropicales impactan a México (puede ser uno del lado del Golfo de México y otro en el Océano Pacífico o dos en la misma cuenca), se pierden más de 40,000 millones de pesos, como el año del 2005, 2007, 2010, 2011 y 2013.
Impactos económicos anuales de los desastres 2000-2016. Tomado de http://www.cenapred.gob.mx/es/Publicaciones/archivos/368-RESUMENEJECUTIVOIMPACTO2016.PDF
Sencillamente, esta relación nos dice dos cosas
principales: 1) Si el gasto más grande producido por los desastres tiene una
relación estrecha con el fenómeno natural (es decir, el peligro), México no
tiene una adecuada gestión de riesgo y no ha disminuido su vulnerabilidad, 2)
tantos años de enfrentar ciclones tropicales no nos ha dejado ninguna
enseñanza. El país sigue teniendo una política reactiva ante este tipo de
fenómenos; es decir, esperamos a que el huracán esté encima para actuar,
dejando de lado las acciones de prevención (por ejemplo: no tener realmente
asentamientos humanos en las costas, mejora de drenaje urbano, entre otros).
Además de todo ésto, la infame corrupción nos ha acompañado desde hace décadas. Cada
evento extremo, ya sea meteorológico (como los ciclones tropicales) o geológico
(como los sismos), representa una gran oportunidad para los políticos de llenar
sus bolsillos con los recursos destinados para auxiliar a la población en
situación de desastre. Estos fondos provienen del fondo nacional de desastres
(FONDEN). Para muestra, los sismos ocurridos en septiembre, 2017 ¿acaso
llegaron todos los recursos donados y destinados a manos de las víctimas de los
sismos? evidentemente no fue así: https://www.proceso.com.mx/550034/reclaman-abandono-de-autoridades-federales-y-estatales-a-damnificados-de-chiapas
Es aquí donde entra la relación con la propuesta
del "Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgo de Desastres". El
problema es multifactorial; es decir, depende de varios elementos. Desde mi punto de vista muy personal (no necesariamente tiene que estar bien al 100%), los elementos que tendrían que considerarse para dejar atrás nuestro
pasado oscuro en materia de desastres, al menos los de origen
hidrometeorológico, serían:
1) Integración completa de la ciencia en la
elaboración de herramientas que permitan la comunicación efectiva del
pronóstico regional (contar con una amplia cobertura de radares y con supercómputo
que permita correr modelos de mesoescala), porque pareciera que la gestión de
riesgos está peleada con los avances científicos que se han hecho en el
país.
2) Educar a la población y a los tomadores de
decisiones en cuestiones de pronóstico de tiempo y clima, ya que no basta con
tener el mejor pronóstico. La sociedad debe saber cómo emplearlo y darle su
importancia.
3) Pasar de una cultura reactiva a una preventiva
4) Castigo penal severo a los
políticos/gobernantes que hagan un mal uso de los recursos destinados al
auxilio de las personas en situación de desastre (acabar con la corrupción).
Espero y deseo que el transitar del "Sistema
Nacional de Protección Civil" al "Sistema Nacional de Gestión
Integral de Riesgo de Desastres" signifique más allá de un cambio de
nombre y de la trillada frase "un cambio de conciencia". Se deben
incluir varios factores que ayuden a la población a disminuir su
vulnerabilidad. Si seguimos en las mismas, el país empezará a perder más dinero
en cuestión de desastres, ya que se ha proyectado que en un futuro cercano los
ciclones tropicales que afectan el norte de México podrían aumentar (en ambas cuencas)
y entonces, ¿qué pasará? ¿seremos desfalcados continuamente por los gobernantes?.
Hasta la próxima!
https://www.researchgate.net/profile/Christian_Dominguez4
https://www.linkedin.com/in/christian-dominguez-sarmiento-707329154/
Hasta la próxima!
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Excelente artículo gracias por compartir tus conocimientos.
ResponderEliminarHola! es un placer poder contribuir en algo. Saludos!
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