RESILIENCIA
DE LA INFRAESTRUCTURA
Ing.
Juan Antonio Serrano Sainz
Hola amigos y seguidores de esta
plataforma de comunicación Epicentro blog, hoy por medio de este ensayo,
trataré de resaltar la importancia de contar con elementos que incrementen la
resiliencia de la infraestructura en una localidad, partiendo de la lectura de
dos documentos el primero de ellos, escrito por León Francisco Gay Alanis, y el
segundo, el manual para líderes de gobiernos locales, auspiciado y financiado
por la UNISDR.
Primero habremos de señalar que dentro
de lo que llamaremos infraestructura, podemos incluir caminos y puentes,
sistemas de agua potable, drenaje, red pluvial, saneamiento, generación y
distribución de energía, sistemas de comunicaciones, entre otros. Dentro de
ellos podemos encontrar a los sistemas críticos, aquellos que son vitales para
el bienestar de la sociedad y cualquier interrupción tendría impactos negativos
importantes sobre la salud, seguridad o bienestar de los ciudadanos y del
funcionamiento efectivo de los gobiernos.
El nivel de servicio de un sistema de
infraestructura se considera adecuado, si es brindado en la cantidad y calidad
adecuada, estos dos factores son los elementos que lo valúan.
Ahora bien, como se puede garantizar el
nivel de servicio en ciudades con crecimiento acelerado, donde la demanda los
mismos es muchas veces superior a las capacidades económicas de los gobiernos,
por esta situación la falta de financiamiento para la infraestructura se
convierte en un riesgo.
Por otro lado existen otros factores que
pueden afectar el nivel de servicio de los sistemas de infraestructura tales
como; el deterioro natural por el paso del tiempo, para reducir este factor,
adquiere especial importancia los programas de mantenimiento preventivo, con
una correcta asignación de recursos para ello que garanticen la vida útil de
los sistemas. Otro factor que puede afectar el servicio de los sistemas de
infraestructura, lo es la presencia fenómenos naturales o antropogénicos que
alteren o impidan su funcionamiento adecuado para lo cual se deberá contar con
fondos de reserva en caso de emergencia para reparar los sistemas a la brevedad
posible.
Como ya es conocido, la resiliencia,
dentro de una de sus acepciones, es la capacidad de un sistema para recuperarse
después de haber estado sometido a estrés, en infraestructura, la resiliencia
se referirá a la capacidad de un sistema para soportar eventos extraordinarios
que causan que al menos una parte del sistema falle. Por lo tanto un sistema
resiliente no se colapsa totalmente ante la presencia de un fenómeno
perturbador sino que mantiene un nivel mínimo de funcionalidad lo cual
contribuye a que la comunidad se recupere y funcionamiento normal se de en un
tiempo razonable.
Se han propuesto cuatro características
para medir la resiliencia de los sistemas de infraestructura, conocidas como
las 4 R’s:
Resistencia, la capacidad de un sistema
de no colapsarse totalmente ante una falla y mantener siempre un nivel mínimo
de funcionalidad.
Redundancia, resultado de la no presencia
de elementos del sistema que al fallar den como resultado la falla total del
sistema, la ausencia de cuellos de botella en los procesos de operación del
sistema.
Recursos, la suficiencia de presupuesto
para atender emergencias así como la capacidad para encontrar soluciones
alternas que mantengan la operación del sistema.
Rapidez, medida de recuperación del
funcionamiento del sistema.
Habría que agregar a estos elementos el
factor económico de la recuperación, se considera más resiliente a un sistema,
aquel que se recupera a menor costo que otro.
Otros elementos a considerar, sería que,
la mayoría de las veces los sistemas de infraestructura actúan de manera
interdependiente, la afectación de uno, puede conducir a la falla de otro o a
la imposibilidad de recuperar la funcionalidad de otro de manera rápida y
oportuna.
Gay Alanis, propone algunas ideas, para
mejorar la resiliencia de los sistemas de infraestructura enfocada a reforzar
las 4 R’s.
Resistencia, el sistema debe estar en
buenas condiciones de operación, con un buen mantenimiento, reforzar sus
capacidades para soportar las variaciones de su interpendencia con otra
infraestructura y tener sistemas modulares no centralizados.
Redundancia, buscar que el sistema no
dependa de un solo elemento en su proceso, cuidando el equilibrio redundancia
economía.
Recursos, asignación de presupuestos
suficientes para lograr una recuperación rápida en caso de emergencias.
Rapidez, establecer planes y estrategias
para una vuelta a la normalidad lo más rápido posible y al menor costo.
Concluye Gay Alanis, “Las inversiones
públicas y privadas en actividades de mantenimiento, rehabilitación, reparación
y reemplazo de infraestructura tienen beneficios económicos públicos
significativos”
“La infraestructura resiliente beneficia
principalmente a los sectores más vulnerables de la población” “Lograr una
infraestructura resiliente requiere de una mejor inversión de los recursos
públicos”
En este último punto, puedo deducir que
en nuestro México, nos falta y mucho.
Les recomiendo ampliamente la lectura de
los artículos que publican mis compañeros participantes en este blog, hay
nuevos miembros de vasta experiencia y conocimientos. No se los pierdan
Saludos, nos leemos en la próxima.
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