Aspectos técnicos en el manejo y confinamiento de los Residuos Peligrosos.
Ing. Saúl Ruiz Fernández.
Un residuo peligroso es aquel material desechado que posea alguna de las características de corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad o que contenga agentes infecciosos que le confieran peligrosidad.1
Normalmente se considera que un residuo es peligroso por corrosivo, cuando en su estado líquido o
en solución acuosa, tiene un pH (potencial de Hidrógeno) menor ó igual a 2 (ácido fuerte) ó mayor ó
igual a 12.5 (base fuerte). A manera de ejemplo están los limpiadores de baño: Ácido Clorhídrico
(Ácido Muriático) e Hidróxido de Sodio (Sosa Cáustica).
En lo que a reactividad respecta, se tiene que este tipo de residuos, solos ó combinados (con agua, ácidos o bases) reaccionan violentamente formando gases, humos ó vapores. Por ejemplo: Magnesio, Cloruro de Acetileno, etc.
Los residuos peligrosos explosivos son los que pueden producir una reacción de descomposición
detonante ó explosiva en condiciones normales. Ejemplos de estos son: Trinitrotolueno (TNT),
Peróxidos, Permanganato de Potasio, etc.
Un residuo se considera toxico cuando posee en ciertas cantidades alguno o varios de los siguientes elementos: Arsénico, Bario, Cadmio, Cromo, Níquel, Mercurio, Plata, Plomo y Selenio. Además cualquier residuo que contenga compuestos de cianuro y que genere más de 250mg de Ácido Cianhídrico/Kg de residuo, también se considera peligroso por su toxicidad.
También, aquel residuo que tenga más del 24% de alcohol o pueda generar fuego por fricción ó
cambios químicos, se considera inflamable. Ejemplos de estos residuos son: Alcoholes, Cetonas, Fósforo, entre otros.
Por último, un residuo peligroso es bioinfeccioso sí contiene bacterias, virus o microorganismos
tóxicos o que puedan causar daños a los seres vivos; por ejemplo, los desechos hospitalarios.
Comúnmente se tiene la idea de que los residuos peligrosos son propios de la industria; sin embargo, cabe destacar que también en el hogar se pueden generar, recibiendo el nombre de
“residuos peligrosos domésticos”. Ejemplo de este tipo de residuos tenemos: Baterías de aparatos
electrónicos, envases vacíos de productos de limpieza (Sosa Cáustica, Ácido Muriático, Cloro,
etc.), aceite gastado y llantas del auto en desuso, lodos de pintura, medicinas caducas,
envases de insecticidas y tintes para el cabello, etc.
Los efectos negativos a un peligro, como por ejemplo la exposición (voluntaria o involuntaria) a
sustancias contaminantes en el aire (químicos de los tintes de cabello ó Piretroides contenidos
en los insecticidas domésticos) dependen de factores como: La toxicidad (baja, media ó
alta) de las sustancias, dosis (la cantidad), tiempo y frecuencia (cuántas veces rocía
insecticida al día, semana, etc.) de exposición y la sensibilidad del receptor.2
De la lectura del párrafo anterior se destaca que la simple presencia de una sustancia peligrosa no es suficiente para provocar efectos adversos en un elemento ambiental (se puede tener Hidróxido de Sodio ó Sosa Cáustica, en la botella del desinfectante de pisos doméstico, almacenado en una gaveta de la cocina y no por eso se tiene automáticamente un daño); además, es necesario que haya una exposición (contacto entre el peligro y alguien: Que vaya a la cocina, abra la gaveta, saque la botella, la abra y toque ó tome el Hidróxido de Sodio para que se dé la exposición), que haya una dosis adecuada para causar un daño (cantidad que pueda afectar: La Sosa puede estar diluida ó concentrada y puede tratarse de una cantidad pequeña ó una abundante, de eso depende el grado de la quemadura y/o intoxicación) y la frecuencia de exposición (sí es una exposición esporádica o varias veces); y una vez que se han presentado todos estos eventos, entonces la persona puede empezar a sufrir (dependiendo de su sensibilidad) los efectos adversos del peligro.
Una vez que ha habido contacto entre la sustancia peligrosa y el cuerpo de la persona la sustancia puede entrar al organismo por la piel, boca ó nariz y enfrentarse a los mecanismos de defensa, que disminuyen su movilidad y facilitan su excreción, y sí los vence y aún va en cantidad dañina, puede afectar los órganos blanco (generalmente hígado ó riñones), dependiendo de cada persona.3 Asimismo, en términos generales, los mecanismos del riesgo para las personas funcionan en forma similar para el ambiente y sus elementos (flora, fauna, agua, suelo, aire).
Para efecto de tener una mejor comprensión y posición ante los peligros, es de gran utilidad el concepto de riesgo; mismo que podemos definir como la probabilidad de ocurrencia de un
evento con consecuencias negativas para el ambiente (Riesgo Ecológico) ó la salud humana (Riesgo a la Salud), debido a la exposición a un peligro4. Esta diferenciación entre los tipos de riesgo antes citados permite ordenar información y minimizar confusiones por el manejo de la misma.
En México, para el año 2000, se registró una generación anual de 3 millones 705 mil 846 toneladas
de residuos peligrosos, producidos por un total de 27 mil 280 empresas que manifestaron su generación de residuos; siendo en 1996 las industrias manufactureras (77%) y extractivas (minera y petrolera con 11%) los principales generadores. Dentro de los residuos que comúnmente se producen están: Sólidos, líquidos residuales de proceso, aceites usados, escorias,
disolventes, lodos, sustancias corrosivas y residuos bioinfecciosos, entre otros.5
Lo anterior no es problema, dado que dichos residuos deben estar en alguno de los confinamientos
controlados que existen en el país. Sin embargo, los residuos, de las empresas que no están registradas y que no reportan a la autoridad, son los que representan un grave problema, por
el riesgo que implican, tanto al medio ambiente, como a la salud humana; dado que dichos
residuos pueden estar dispersos en lotes campestres6, drenaje, cañadas, ríos, mar, etc. Ya que dichas empresas (generalmente micro y pequeñas: Talleres mecánicos, carrocería y pintura, tortillerías, farmacias, tintorerías, llanteras, estéticas, maquiladoras, imprentas, hieleras, etc.) no pueden ó no quieren costear los gastos de confinamiento y transporte de residuos desde el lugar de origen hasta el sitio del confinamiento, prefiriendo evadir su responsabilidad y cargar los costos ambientales a la sociedad.
Por otro lado, para responder a la pregunta ¿qué hacer con los residuos peligrosos?
debemos considerar el ciclo de vida de los mismos, el cual incluye la generación, tratamiento y
disposición final, así como el transporte y reciclado de los mismos7.
Del análisis del ciclo de vida de los residuos se aprecian dos asuntos relevantes que cabe
destacar: Uno es el Aprovechamiento de residuos y el otro es la generación de residuos
inevitables. Respecto del aprovechamiento se incluyen las operaciones de recuperación en la misma fuente, esto es, minimizar en el lugar de origen la cantidad de residuos generados, mediante el uso de tecnología limpia, sistemas de administración ambiental (p.e.: Auditoría Ambiental ó ISO 14000) y/o la aplicación de buenas prácticas de operación; de tal forma que permita generar la menor cantidad posible de residuos, así como su reuso ó reciclado en la misma o en otras actividades que se realicen en las fuentes de generación.8
Materia y la Energía, de la que se derivan las Leyes de la Termodinámica, de donde se desprende que
en cada transformación de materia a energía ó viceversa siempre habrá un remanente de energía ó
materia que se libere; por lo que en todas nuestras actividades (naturales ó artificiales, incluyendo las de tratamiento de residuos peligrosos), siempre habrá la generación de desechos inevitables, razón por la cual en el último lugar del ciclo de vida de los residuos debemos contar con un sitio para la disposición final de los mismos: El Confinamiento Controlado.
Ahora bien, respondiendo a la cuestión de ¿qué pasa con los residuos peligrosos?, podemos esquematizar la respuesta en la Fig. 3, donde se presentan las alternativas para el manejo de distintos tipos de residuos peligrosos, dentro de las cuales se incluyen: Reciclado (materia y energía), oxidación térmica (incineración), procesos fisicoquímicos (absorción, adsorción, neutralización, filtrado, centrifugado, etc.), estabilización y confinamiento.
De estas alternativas, el confinamiento controlado casi era la única opción permitida
(legal y prácticamente) hasta 2003, ya que se tenían algunos rigurosos y estrictos convenios con
diversas empresas para las demás opciones. Sin embargo, con la nueva Ley General para el
Manejo Integral de los Residuos (que entró en vigor en 2004) se espera que el uso de las opciones
de tratamiento se incremente y la cantidad de residuos peligrosos disminuya, dado que ahora se
alienta legalmente al uso de las alternativas arriba citadas.
Una vez que hemos visto la situación general de los residuos peligrosos, ahora nos centraremos en
la inevitable alternativa de la disposición final de los mismos, es decir, ¿dónde los vamos a
poner?; al respecto tenemos que dicho lugar se denomina confinamiento controlado y en él se
depositan y se aíslan del ambiente en forma definitiva los desechos peligrosos; coadyuvando
así, a mantener el equilibrio ecológico y/o prevenir la afectación de la salud humana.
Un aspecto muy importante a destacar del párrafo anterior es que un confinamiento se
construye para prevenir, mitigar, minimizar ó evitar la contaminación de los ecosistemas y
la posible afectación de la salud humana, al concentrar los residuos peligrosos en un lugar
especializado para ello. Por ende, la intención no es crear una fuente de contaminación ni mucho
menos, como equivocadamente, por desconocimiento, se cree ó percibe en algunos sectores de la sociedad.
Retomando el tema, en la legislación federal mexicana9 se definía al confinamiento controlado como la obra de ingeniería usada para la disposición final de residuos peligrosos, tal que garantice su aislamiento definitivo. Para el mismo fin también se incluían estructuras naturales, para lo que se usaba el término de “confinamiento en formaciones geológicas estables”. Por último, se contemplaban los “Receptores de Agroquímicos” (herbicidas, funguicidas, fertilizantes, etc.).
A manera de aclaración cabe destacar que en la legislación ambiental vigente (Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente y la Ley General para la Prevención y Gestión
Integral de los Residuos) no se contempla el confinamiento de residuos nucleares, dado que
esos se apegan a lo establecido en la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en
Materia Nuclear.
Volviendo al concepto de confinamiento, actualmente se le considera como la disposición
permanente de residuos en sitios e instalaciones cuyas características permitan prevenir su liberación al ambiente y las consecuentes afectaciones a la salud de la población y a
los ecosistemas y sus elementos.10
En general los confinamientos pueden ubicarse en tierra (ya sean superficiales ó subterráneos) ó en
cuerpos de agua (mar); algunos tipos de confinamiento son: Cementerios industriales subterráneos), lagunas superficiales, pozos profundos, minas abandonadas, depósito marino
y el confinamiento controlado (superficial).
De los distintos tipos de confinamiento, el tipo controlado superficial es el más ampliamente
utilizado para la disposición final de residuos peligrosos. A continuación procederemos a
revisar sus características:
Las instalaciones principales de un confinamiento son las celdas de confinamiento
y de tratamiento y las secundarias las podemos agrupar en obras complementarias.
La celda de tratamiento es el espacio en el cual los residuos peligrosos reciben un tratamiento
físico (filtración, sedimentación, etc.), químico (adsorción, combustión, neutralización, etc.) y/o biológico (adición de bacterias) para estabilizarlos y/o minimizar su peligrosidad y/o volumen, de tal manera que puedan ser almacenados adecuadamente en las celdas de confinamiento.
Asimismo, el espacio en el que se depositan definitivamente los residuos peligrosos, a
fin de aislarlos del ambiente para evitar su interacción, recibe el nombre de celda de confinamiento. Para el aislamiento de la misma normalmente se usan dos capas
plásticas11 (también conocidas como liner, en medio de las cuales se encuentra una capa de
geotextil (para dar resistencia mecánica y evitar cortes de los liners); además, se cuenta con
varias capas de suelo compactado (suelo natural, arcillas, arena y grava); adicionalmente,
la celda de confinamiento, cuenta con sistemas de drenaje pluvial, filtración y análisis
de lixiviados, a fin de brindar una operación ambientalmente segura.
Por último, en las obras complementarias se incluyen las instalaciones y/o servicios que
permiten la operación del confinamiento, tales como: Accesos, patio de maniobras, laboratorio,
taller de mantenimiento, subestación eléctrica, sala médica y oficinas, entre otras.
El corazón del confinamiento controlado lo es la celda de confinamiento la cual permanece abierta
en su parte superior, desde el inicio de operaciones hasta que se llena con residuos y se
sella con una capa de liner y suelo natural para posteriormente plantar vegetación nativa.
Para apoyar la óptima operación a la celda de confinamiento, se implementan algunos sistemas,
tales como el de “Recolección y remoción primaria de lixiviados12 (en caso de que se rompa
un contenedor) y de agua de lluvia”, el cual se localiza inmediatamente debajo de la primera capa
de residuos y encima del primer forro plástico. Este sistema básicamente consiste en la forma
diamantada de la base de la celda, con lo que se logra la conducción de líquidos desde el centro
hacia los lados y esquinas, además de tubos y bombas para remover los líquidos.
Por último, una vez que la celda de confinamiento se ha llenado y sellado, se estila implementar un
sistema de colección y remoción de agua superficial; éste se instala en la capa superior de la
celda, para evitar la penetración de líquidos (agua de lluvia u sustancias en casos
extraordinarios) por la parte superior hacia el interior de la celda. 13
Adicionalmente, a la celda de confinamiento, se le implementa un sistema de monitoreo de líquidos y gases, con el fin de revisar periódicamente la eficiente operación del confinamiento. Para la
revisión de líquidos, generalmente se revisa la presencia de los mismos en el interior y exterior
de la celda, así como en el suelo, subsuelo y corrientes de agua superficial y subterránea
próximos al confinamiento. Para el caso de los gases, se evalúa la concentración de gases en el
aire, a fin de determinar sí existe riesgo toxicológico y/o de explosión.
Otras actividades de administración de un sitio de disposición final de residuos, incluyen (además
de la celda de confinamiento) la operación general del mismo, así como la etapa de clausura ó
abandono. De estas etapas, la de operación general es la más importante, respecto de la
percepción en general del confinamiento, ya que es la base para obtener la confianza en el
mismo.
Es importante resaltar que la acción fundamental para la óptima administración de un confinamiento controlado de residuos peligrosos radica en el diseño, implementación y
mantenimiento de un adecuado sistema ambiental (ya sea de auditoria ó administración de
calidad), mismo que debe contemplarse con la participación de la sociedad en la que se
encuentra inserto el confinamiento, a fin de trasparentar las operaciones y generar un clima de
confianza mutua, entre los distintos actores involucrados (directa o indirectamente), de forma tal
que el confinamiento controlado de residuos peligrosos sea percibido por la sociedad como una instalación de beneficio para el ambiente.
Ing. Saúl Ruiz Fernández.
1 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (Ciudad de México: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 1998), 4.
2 Ibid., 21.
3 Instituto Nacional de Ecología, “Introducción al Análisis de Riesgo”, 23.4 Instituto Nacional de Ecología, ed. Introducción al Análisis de Riesgo (Ciudad de México: Instituto Nacional de Ecología, 2003), 13 - 14.
5 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, ed., El Medio Ambiente en México 2002 en Resumen (Ciudad de México: Instituto Nacional de Ecología, 2003), 51.
6 “Los materiales peligrosos encontrados el domingo en un lote de San Pedro El Saucito podrían haber pertenecido a la maquiladora Corrosion Technology, S.A. de C.V., la cual ya no opera en Hermosillo. Algunos de los más de 20 tambos y cubetas de Butoxietanol, Hidroquinin y otros solventes encontrados el lunes en el área rural de Hermosillo estaban etiquetados con el nombre de la maquiladora antes mencionada. Los tambos y cubetas que hasta ayer estaban ubicados en dos de los lotes campestres Dos Marías estaban cercados con sellos de “Peligro” pero el olor y la exposición a sus materiales era evidente y penetrante.Letreros de “Tóxico”, “Inflamable”, “Peligroso”, advertían del riesgo de los contenedores de hasta 300 litros que estaban tirados en el suelo...” Alfonso López, “Rastrean origen de contaminantes”, El Imparcial, septiembre 29, 2004.
7 Instituto Nacional de Ecología, Promoción de la Minimización y Manejo Integral de los Residuos
Peligrosos (Ciudad de México, 1999), 55.
8 Estos aspectos son contemplados en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos (2003), lo que significa un gran avance sobre la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente que no lo permitía (1988).
9 Secretaría de Desarrollo Social, ed., Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente en Materia de Residuos Peligrosos (Ciudad de México: Secretaría de Desarrollo Social, 1998), 2.
10 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, ed., Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (Ciudad de México: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 1998), 4.
11 Polietileno de alta densidad (HDPE por sus siglas en inglés). Las celdas para materiales altamente riesgosas llevan 2 capas de liner, por ejemplo las celdas de recuperación de Oro con Cianuro en minas de Oro.
12 Es un líquido que se forma por la reacción, arrastre o filtrado de los materiales que constituyen los residuos y que contiene, en forma disuelta o en suspensión, sustancias que pueden infiltrarse en los suelos o escurrirse fuera de los sitios en los que se depositan los residuos y que puede dar lugar a la contaminación del suelo y de cuerpos de agua, provocando su deterioro y representar un riesgo potencial a la salud humana y de los demás organismos vivos. Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
13 Rogelio González, “Infraestructura y Alternativas Tecnológicas de Manejo”, en Grafías, Francisco y Barojas, Luis, (coordinadores) Taller para el Desarrollo Sustentable Residuos Peligrosos Innovación Tecnológica y Medio Ambiente (Ciudad de México: Instituto Nacional de Ecología, 1995), 57.
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