Por: Ing.
Civil y Magister en Educación
Henry
Adolfo Peralta Buriticá
Gerente
General de Soluciones Resilientes
Experto
Internacional en Resiliencia Territorial
El
mundo actual requiere de soluciones creativas e innovadoras para hacerle frente
a la rápida urbanización, las graves crisis humanitarias, los problemas
ambientales, las pandemias, el riesgo existente y los riesgos ya materializados
en desastres. Principalmente en las últimas cuatro décadas, la globalización
del ser, el saber y el poder han generado fuertes conflictos en la relación
entre sociedad- sociedad y sociedad – naturaleza.
Cuando Ulrich Beck, afirma que existen tres caminos para considerar el riesgo, a lo que nos está invitando es a tomar una posición crítica de la realidad y actuar en consecuencia. La negación del riesgo es el primer camino. Una postura irresponsable que infortunadamente prevalece en los modelos mentales de autoridades y la sociedad en general. Esto puede deberse a un desconocimiento de la existencia del mismo, o conociendo que existe se actúa con una negligencia premeditada. Ignorar o negar el riesgo no nos protege de su materialización en desastre.
Cuando Ulrich Beck, afirma que existen tres caminos para considerar el riesgo, a lo que nos está invitando es a tomar una posición crítica de la realidad y actuar en consecuencia. La negación del riesgo es el primer camino. Una postura irresponsable que infortunadamente prevalece en los modelos mentales de autoridades y la sociedad en general. Esto puede deberse a un desconocimiento de la existencia del mismo, o conociendo que existe se actúa con una negligencia premeditada. Ignorar o negar el riesgo no nos protege de su materialización en desastre.
Ser
indiferente ante el riesgo es el segundo camino para actuar irresponsablemente.
Aceptando que el riesgo existe, no se hace nada para reducirlo. A nivel
institucional esto puede deberse principalmente a que la toma de decisiones se
hace desde criterios personalistas y no desde la misionalidad de las
organizaciones encargadas de la temática.
A
nivel social existe una gran brecha de desconfianza entre las comunidades y la
institucionalidad, generada principalmente por los incumplimientos constantes en
la reducción del riesgo de desastres. Esta indiferencia se ve claramente
reflejada en que ambos actores, sociedad y Estado, dejan en manos del otro la solución
de las problemáticas, producto de una visión paternalista y a la vez de prácticas
asistencialistas.
El
tercer camino es el cambio. Una postura que obliga a necesariamente a reconocer,
tal como lo plantea Ulrich Beck que: “…el reto está en intervenir unas
condiciones inseguras que nosotros mismos hemos producido”. Para hace que esto suceda se necesita líderes
en resiliencia. Hombres y mujeres dispuestos a desaprender y apre-hender sobre
resiliencia. No de esos que creen saber que todo lo saben y que no hay nada
nuevo por descubrir. Ni de aquellos que siguen pensando, argumentando y promoviendo
que los “desastres son naturales”. Ni esos que piensan que no hay que
planificar sino que es solo actuar”. O de los que siguen concibiendo la gestión
del riesgo de desastres en el antes, durante y después.
Se
necesitan líderes en resiliencia que estén dispuestos a romper sus propios
esquemas mentales. Que sean coherentes en el pensar y en el actuar. Y así al representar
instituciones dejen de lado los criterios personalistas y lo hagan desde la
misionalidad. Líderes en resiliencia éticos
y transparentes, dispuestos a dar lo mejor de sí, o hacer lo mejor que puedan,
como en la fábula del colibrí del sociólogo brasilero Herbert José de Sousa,
conocido como Betinho, recreada y contada por la premio Nobel de Paz, la
keniana Wangari Maathai Wangari en el año 2004.
“La
historia del colibrí trata sobre un bosque enorme que está ardiendo, todos los
animales del bosque salen y están paralizados, mirando como arde el bosque. Se
sienten abrumados e indefensos, excepto un pequeño colibrí que dice: “yo voy a
hacer algo contra este incendio”. Así que vuela al río más cercano y toma una
gota de agua y la suelta sobre las llamas. Y así una y otra vez, tan rápido
como puede. Mientras tanto los otros animales – animales mucho más grandes,
como el elefante podrían aportar mucha más agua – se quedan indefensos. Y dicen
al colibrí: “¡Que crees que puedes hacer? ¡Este incendio es demasiado grande,
tus alas son demasiado pequeñas, y tu pico es tan pequeño que sólo puedes
llevar una pequeña gota de agua cada vez!”. Pero mientras siguen desanimándole,
el colibrí se dirige a ellos sin perder tiempo y les dice: “hago lo mejor que
puedo”. Y eso es para mí lo que todos debemos hacer.
Wangari
hace una extraordinaria reflexión sobre esta fábula, que resulta reveladora:
“siempre deberíamos sentirnos como un colibrí. Pueda que yo me sienta
insignificante, pero sé que no quiero ser como los animales, mirado como el
planeta se va al carajo. Seré un colibrí y haré lo mejor que puedo”. La
aspiración es que cada vez hayan más y más “colibríes”, hombres y mujeres, que
hagan lo mejor que puedan dentro de sus propios territorios, sectores y
familias.
Es así
que la resiliencia como el nuevo paradigma de la gestión del riesgo de
desastres es el gran desafío a asumir. Es necesario volver a las raíces de los
conceptos básicos que propuso la Red de Estudios Sociales de Prevención de
Desastres de América Latina – LA RED, muy usados, replicados, desgastados, pero
muy poco comprendidos. Volver a las raíces conceptuales no significa retroceder,
sino por el contrario resignificar lo propuesto, para apropiarlo, transformarlo
y reinventarlo.
Una
nueva agenda de investigación en Gestión de Riesgos de Desastres desde el
paradigma de la resiliencia también debería retomarse, como parte de una nueva
escuela de pensamiento, que motive la construcción de nuevos modelos mentales.
Que inspire a las generaciones venideras en asumir el liderazgo para la
resiliencia como una estrategia de entrada y de salida para hacerle frente a
este mundo global e interconectado.
Hoy no
existen excusas para no hacerlo. La tecnología esta alcance de todos. La
información debe ser convertida en conocimiento en beneficio de la sociedad, en
función de la reducción del riesgo de desastres y el desarrollo sostenible. Se
requiere para esto nuevas escuelas de formación en la temática de los riesgos y
los desastres desde un enfoque fresco y moderno. Dejar atrás los viejos
conceptos, crear y re-crear unos nuevos.
En mi
libro, Resiliencia: La clave del nuevo liderazgo
del Siglo XXI, planteo que “…Un líder en resiliencia es quien ve en las
crisis cotidianas de la existencia un motivo para la transformación, el
crecimiento, el desarrollo humano y la lucha en la esperanza. Necesita
desarrollar y mantener un grupo de competencias y habilidades que se engloban
en la capacidad de influir en otras personas para orientar procesos de
resiliencia. Debe tener la habilidad de identificar y aplicar las últimas
tendencias en materia conceptual, política, normativa y tecnológica. De la
misma manera debe ser capaz de proponer soluciones que optimicen los recursos
financieros y promuevan la independencia tecnológica; para así dar respuesta a
las problemáticas haciendo uso de los recursos existentes.
Este
tipo de líder debe generar soluciones resilientes, dado que la disponibilidad y
accesibilidad a los recursos siempre serán limitadas. Debe tener así mismo, la
sensibilidad para descubrir las condiciones que motivan o que dificultan para
que una comunidad u organización inicie un proceso de resiliencia. Es el tipo
de persona requerida para la transición entre la guerra y la paz o el encuentro
con la ocurrencia de un fenómeno natural al que se sea vulnerable, ya que desde
la perspectiva de la resiliencia los conflictos estimulan el crecimiento y la
madurez humana…”.
¿Dónde
podemos encontrar este tipo de líderes en resiliencia, que estén dispuestos a
romper paradigmas, cambiar sus esquemas mentales y atreverse a salirse de su
zona de confort?. ¡Espero tú seas uno de ellos!
Observatorio Resiliencia Territorial
Centro de Pensamiento, Innovación e Investigación
Soluciones Resilientes
totalmente de acuerdo, estoy a sus ordenes, voy a centrarme en eso en mi comunidad.
ResponderEliminarInteresante doctor me gustaria
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