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14 mayo, 2018


GOBERNANZA Y GOBERNABILIDAD EN LA REDUCCIÓN DEL RIESGO DE  DE DESASTRES

Es muy importante entender el rol de la gobernanza en materia de desastres, puesto que para reducir el riesgo de desastres se requiere una interrelación de actores, normas y prácticas que sea adecuada para actuar antes, durante y después del desastre mismo. Este modelo de gobernanza exige un compromiso de todos los actores involucrados, desde el ámbito local hasta el global, es decir, desde los municipios, estados, federación, regiones y el mundo entero.
Según un informe del Integrated Research on Disaster Risk (IRDR), desafortunadamente la mayoría de los modelos de gobernanza actuales se han caracterizado por estructuras burocráticas, fragmentadas en distintos sectores y actores, sin mucha interacción entre ellos,  y nuestro país sería un ejemplo palpable de ello. Este informe concluye que es imperativo que los actores relevantes en un desastre cuenten con un nivel de compromiso significativo; que tengan una buena capacidad de acción; que se coordinen entre sí de manera eficiente; que sean capaces de conformar una estructura flexible y descentralizada que permita una respuesta rápida y certera ante los escenarios de desastre; y que, sobre todo, tengan una representación adecuada, incluyendo fundamentalmente a la sociedad civil
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define a la gobernabilidad como el ejercicio de la autoridad política, económica y administrativa en la gestión de los asuntos de un país en todos los niveles, comprendiendo los mecanismos, procesos e instituciones a través de los cuáles ciudadanos y grupos sociales articulan sus intereses, median sus diferencias y ejercitan sus derechos y obligaciones legales. La gobernabilidad incluye evidentemente al Estado pero lo trasciende, abarcando a todos los sectores de la sociedad, incluidos el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.
Debemos comprender bien  la construcción social del riesgo, puesto que las amenazas naturales por sí solas no provocan desastres, sino que es la vulnerabilidad de las poblaciones de la que incide directamente sobre la magnitud del desastre. Por esta razón, es absolutamente necesario contar con un gobierno que ayude a garantizar la capacidad de las sociedades para hacer frente a las amenazas. La gobernabilidad influye la predisposición y voluntad de las instituciones de un país y las locales (incluidos gobiernos, legisladores, funcionarios públicos, medios de comunicación, sector privado y organizaciones de la sociedad civil) para coordinar las acciones orientadas a gestionar y reducir los riesgos relacionados con los desastres.
Si no es posible contar con una conciencia pública suficiente para reconocer y abordar el riesgo, ni con la voluntad política necesaria para establecer políticas y asignar recursos suficientes no se logrará la conjunción de gobernanza y gobernabilidad para la reducción del riesgo de desastre.
Así también, es necesario que las instituciones tengan capacidad de gestión y coordinación suficiente para integrar los esfuerzos de los sectores relevantes y dar cuenta de las comunidades vulnerables, lo cual depende del capital social, físico, económico y ambiental de una sociedad. Como si manejáramos un Sistema de Comando de Incidentes pero integrando a los diversos sectores de la sociedad civil, principalmente en temas de prevención.
La participación amplia, la transparencia, la rendición de cuentas, la eficiencia y la capacidad de respuesta son principios que destacan en un buen gobierno. Todos ellos  son tan importantes para la reducción del riesgo de desastres como lo son para el desarrollo en general. Para lograr una recuperación de desastres eficaz y sostenible resulta primordial asegurar que se tomen en consideración las voces de los sectores los más vulnerables en las decisiones sobre la asignación de los recursos que les afectan.
La transversalización es un proceso de gobernabilidad que permite la integración sistemática de las acciones de la Reducción del Riesgo de Desastre en los ámbitos de desarrollo pertinentes. Esto es, que existan estructuras de gobierno sensibles, transparentes, eficientes y responsables capaces de contribuir a crear un entorno en el que la RRD pueda institucionalizarse como principio fundamental del desarrollo sostenible, y asumirlo como un tema esencial de la Seguridad Nacional.
Para crear comunidades resilientes en zonas susceptibles a desastres se requiere que se consideren los factores de riesgo subyacentes de manera continua en todos los sectores involucrados, y que las medidas de reducción del riesgo sean parte integral de la planificación y la prestación de los servicios  (educación, medio ambiente, salud).
En verdad, deseo que las próximas administraciones de los tres órdenes de gobierno, actúen de forma seria y comprometida para el desarrollo de estos temas. No podemos permitir que se atienda lo mediáticamente explotable y se deje de lado lo realmente trascendente, las campañas duran meses, el riesgo es permanente…

César Orlando Flores Sánchez.

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