LA IMPORTANCIA DE UNA LEY ESTATAL DE PROTECCIÓN CIVIL.
Hace unos días se
llevó a cabo un foro de consulta para la iniciativa de decreto por el que se
reforma la Ley de Protección Civil del Estado de Quintana Roo, en la ciudad de
Playa del Carmen, de la misma entidad. Este foro casi coincidió con que pasó en comisiones y falta votarla en el pleno la reforma de la Ley de Protección Civil del estado de Sonora.
Ambos actos son totalmente aplaudibles, necesarios, y
demuestran que todo documento normativo es perfectible….Estos actos demuestran
una sensibilidad especial por los legisladores en el tema de la Gestión
Integral del Riesgo de Desastre y en aquellos tópicos que contemplan la
protección de sus representados.
Sin duda alguna, siempre hay artículos, fracciones o
capítulos en la ley –cualquiera que ésta sea- que pueden mejorarse, y más
cuando los temas son tan dinámicos y evolucionan a pasos agigantados. Esa es una
benevolencia de nuestro tema.
Si bien los estados, con su libertad y soberanía, pueden
generar las leyes que consideren adecuadas para su mejor administración, en el lato
sensu, éstas deben ser lo más alineadas a la ley general que para el efecto
exista, y prever que los municipios orienten su propia legislación a apegarse
al ordenamiento estatal, y consecuentemente, al nacional.
Lo anterior, además de generar una percepción de unidad y
organización, puede sentar las bases para que exista una coordinación real en
acciones y esquemas de carácter preventivo en un ámbito intermunicipal. Puesto
que, más allá de inspectores y verificadores (que muchas veces se traduce en
posibilidad de corrupción) es necesario que existan multiplicadores de
conocimiento preventivo, de agentes sensibilizadores para generar
autoprotección en la ciudadanía.
Esto es mucho muy importante en un estado cuyos niveles de
vulnerabilidad son altos, no sólo por fenómenos hidrometeorológicos, sino
también, y principalmente, por aquellos de origen antrópico, como lo es
Quintana Roo, y que además es referente mundial de turismo, y de alguna manera
un polo de imagen internacional.
He expresado en diferentes ocasiones la necesidad de que los
aspirantes a gobernar o legislar dejen de suponer que la Protección Civil
únicamente es un tema de “ponerse el chalequito, hacer letreritos y poner
extinguidores” (hay que saber la diferencia entre un extintor y un extinguidor).
Deben saber ya que los fenómenos se presentan más seguido y más agresivos, que
entre más población mayor es el riesgo, y que si sigue existiendo desconocimiento
e indiferencia habrá más afectaciones, será mucho más difícil la continuidad de
operaciones, de gobierno y de desarrollo.
La oportunidad de generar un ordenamiento, y mejorarlo para
proteger a la población, debe ser considerada como un servicio desinteresado a
nuestra Tierra, con la firme convicción de saber que se están salvando vidas,
que se está protegiendo el patrimonio y el entorno.
No tengo duda alguna de que es este tipo de propuestas las
que muchos ciudadanos quisiéramos escuchar en las campañas.
César Orlando Flores Sánchez.
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