LA GESTIÓN DE RIESGOS EN INSTALACIONES ESTRATÉGICAS.
He manifestado muchas veces que la Protección Civil y la
Gestión Integral del Riesgo de Desastre son indispensables para la Seguridad
Nacional, así como lo son las Instalaciones Estratégicas, que son aquellas en
donde se realizan servicios esenciales para el desarrollo del país y de cuyo
funcionamiento dependen de las actividades sustantivas cotidianas en una comunidad.
La Ley General para el Sistema de Seguridad Pública las define como “los espacios, inmuebles, construcciones,
muebles, equipo y demás bienes, destinados al funcionamiento, mantenimiento y
operación de las actividades consideradas como estratégicas por la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como de aquellas que tiendan a
mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, en
términos de la Ley de Seguridad Nacional”; como por ejemplo los puertos
marítimos, los aeropuertos, aduanas, refinerías, hospitales, centros de
distribución de hidrocarburos, presas, plantas potabilizadoras de agua, hidroeléctricas,
entre otras muchas más.
La importancia de su protección radica, precisamente, en que
lo son para el desarrollo y sustentabilidad del país, que es la base de la
Seguridad Nacional en su concepto. Podemos citar varios ejemplos, como el del
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el sismo del 19 de
septiembre de 2017, que cerró operaciones durante 3 horas y 46 minutos, tiempo
en el cual se afectaron 180 vuelos domésticos e internacionales, y se logró
reestablecer la operatividad, o sea, se regularizó el itinerario 7 horas
después. O las explosiones en San Martín Texmelucan, Puebla la madrugada del 19
de diciembre de 2010, cuyo saldo fue de al menos 28 personas fallecidas y 53
heridos, 115 viviendas destruidas, y daños incuantificables a lo largo de un
kilómetro y medio de las márgenes del río Atoyac.
Las instalaciones estratégicas cuentan, por su naturaleza con
un excelente sistema de protección física, con medidas estrictas de seguridad
(security), pero en su mayoría adolecen de las necesarias para la protección
civil (safety). Semánticamente, tenemos el concepto de protección para dos fines
diferentes, pero uno con menos impacto que el otro. En los aeropuertos podemos
ver los Cuerpos de Rescate y Extinción de Incendios (CREI), cuya alta
preparación y compromiso permiten que estas instalaciones cuenten con las
medidas de seguridad y protección (en el amplio concepto de la acepción) más
adecuadas y apegadas a los estándares internacionales. Sin embargo, no es así
en los puertos marítimos, ni en las instalaciones de agua potable, por ejemplo.
Estas carencias son el resultado de la falta de atención a
los temas de Gestión de Riesgos, de Protección Civil, y de Prevención de
Desastres, debido a que no existe una valoración real que establezca las
amenazas por fenómenos perturbadores como prioritarias en la Agenda de Seguridad
Nacional, es decir se atiende lo urgente, léase lo político, pero no lo
importante.
Si por Ley cualquier instalación debe tener su Programa
Interno de Protección Civil y Continuidad de Operaciones, lo deontológico es
que las instalaciones estratégicas cuenten el suyo, pero además que lo operen;
es decir que se cumpla a cabalidad.
César Orlando Flores Sánchez.
Tal vez sería interesante introducir el término de instalaciones vitales y definir los diversos niveles que pudiesen tener las estrategias, para soportar más el concepto que se presenta. Mismo que es directo conciso y pragmático
ResponderEliminarGracias, Sr., lo considero.
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