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05 febrero, 2018

LA GESTIÓN DE RIESGOS EN  INSTALACIONES ESTRATÉGICAS.
He manifestado muchas veces que la Protección Civil y la Gestión Integral del Riesgo de Desastre son indispensables para la Seguridad Nacional, así como lo son las Instalaciones Estratégicas, que son aquellas en donde se realizan servicios esenciales para el desarrollo del país y de cuyo funcionamiento dependen de las actividades sustantivas cotidianas en una comunidad. La Ley General para el Sistema de Seguridad Pública las define como “los espacios, inmuebles, construcciones, muebles, equipo y demás bienes, destinados al funcionamiento, mantenimiento y operación de las actividades consideradas como estratégicas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como de aquellas que tiendan a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, en términos de la Ley de Seguridad Nacional”; como por ejemplo los puertos marítimos, los aeropuertos, aduanas, refinerías, hospitales, centros de distribución de hidrocarburos, presas, plantas potabilizadoras de agua, hidroeléctricas, entre otras muchas más.
La importancia de su protección radica, precisamente, en que lo son para el desarrollo y sustentabilidad del país, que es la base de la Seguridad Nacional en su concepto. Podemos citar varios ejemplos, como el del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el sismo del 19 de septiembre de 2017, que cerró operaciones durante 3 horas y 46 minutos, tiempo en el cual se afectaron 180 vuelos domésticos e internacionales, y se logró reestablecer la operatividad, o sea, se regularizó el itinerario 7 horas después. O las explosiones en San Martín Texmelucan, Puebla la madrugada del 19 de diciembre de 2010, cuyo saldo fue de al menos 28 personas fallecidas y 53 heridos, 115 viviendas destruidas, y daños incuantificables a lo largo de un kilómetro y medio de las márgenes del río Atoyac.
Las instalaciones estratégicas cuentan, por su naturaleza con un excelente sistema de protección física, con medidas estrictas de seguridad (security), pero en su mayoría adolecen de las necesarias para la protección civil (safety). Semánticamente, tenemos el concepto de protección para dos fines diferentes, pero uno con menos impacto que el otro. En los aeropuertos podemos ver los Cuerpos de Rescate y Extinción de Incendios (CREI), cuya alta preparación y compromiso permiten que estas instalaciones cuenten con las medidas de seguridad y protección (en el amplio concepto de la acepción) más adecuadas y apegadas a los estándares internacionales. Sin embargo, no es así en los puertos marítimos, ni en las instalaciones de agua potable, por ejemplo.
Estas carencias son el resultado de la falta de atención a los temas de Gestión de Riesgos, de Protección Civil, y de Prevención de Desastres, debido a que no existe una valoración real que establezca las amenazas por fenómenos perturbadores como prioritarias en la Agenda de Seguridad Nacional, es decir se atiende lo urgente, léase lo político, pero no lo importante.
Si por Ley cualquier instalación debe tener su Programa Interno de Protección Civil y Continuidad de Operaciones, lo deontológico es que las instalaciones estratégicas cuenten el suyo, pero además que lo operen; es decir que se cumpla a cabalidad.


César Orlando Flores Sánchez.

2 comentarios:

  1. Tal vez sería interesante introducir el término de instalaciones vitales y definir los diversos niveles que pudiesen tener las estrategias, para soportar más el concepto que se presenta. Mismo que es directo conciso y pragmático

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