Foto: Vincent Callebaut Architectures, París 2050
Año, 2050. Hoy ya a punto de cumplir 75 años recordé que
alguna vez escuche a alguien decir que la construcción de un mundo mejor era
posible.
Las predicciones de hace más
de tres décadas sobre el crecimiento urbano al año 2050 se cumplieron. Hoy la
mayoría de la población mundial habita en zonas urbanas. El año 2015 había sido
el inicio de una nueva era en la reducción del riesgo de desastres que trazaría
el camino para los gobiernos, la
sociedad civil empoderada y el sector privado. La reducción del riesgo encontró
en la resiliencia su punto de conexión, que permitió la articulación de las cuatro
agendas globales: cambio climático, acción humanitaria, desarrollo sostenible y
la nueva agenda urbana.
A unos 30 minutos de iniciar
la sexta Conferencia Mundial de Reducción del Riesgo de Desastres de la ONU y
la primera en realizarse en un país de las Américas, existe una gran
expectativa por lo que este evento significa para el futuro de la humanidad. En
este escenario se evaluarán los avances y los nuevos desafíos en materia de
reducción del riesgo en el cumplimiento de las metas trazadas desde 2015 en Sendai.
Estas metas estaban orientadas a reducir el número de víctimas, el número de
personas afectadas, las pérdidas económicas
y de la infraestructura vital; así como a incrementar las alianzas y la cooperación
internacional, el número de países con estrategias de RRD nacionales y locales,
y a aumentar el número de sistemas de alerta temprana y el conocimiento del
riesgo para la toma de decisiones.
El inicio del proceso para
el establecimiento y cumplimiento de las metas de Sendai no fue nada fácil. Se
levantaron líneas base por cada país y se definieron los indicadores para medir
los avances en el cumplimiento de las metas. Por primera vez las entidades
oficiales encargadas de las estadísticas en los Estados participaron de manera
proactiva en el levantamiento de la información para la medición de los
indicadores de RRD. La sociedad civil, sector privado y gobiernos se encuentran
muy motivados en poder participar de este encuentro global para presentar sus
resultados. Ya entendimos que crear resiliencia en la sociedad es más eficiente
y productivo que seguir por la senda, tantas veces y áridamente recorrida, de
solo actuar desde el asistencialismo.
Recuerdo que en 2015 escuché
por primera vez la palabra resiliado fue
cuando de manera insistente y en una actitud que en su momento parecía de
“evangelizador”, buscaba que más comunidades tomaran sentido de vida en la
resiliencia. En ese permanente caminar me había encontrado a mi amigo lingüista
indígena Nasa Huber Castro, quien llevaba
una vida sencilla, desde una cultura que vivía, pervivía y resistía desde la
resiliencia. Aunque si bien en su comunidad no se hablaba de ella, sino que se le
practicaba, le propuse que la definiera desde su visión del mundo.
Así fue como en múltiples
conversaciones llevé a Huber a realizar un esfuerzo por poner en palabras lo
que era una práctica en su cotidianidad y generosamente en una exploración de
conceptos concluyó lo que podría ser un resiliado. Me dijo pausadamente,
resiliado sería un “pueblo que logró identificar la capacidad de su fuerza
física o intelectual dentro y para con otros territorios en su significado y
significante”. Este era un gran derrotero.
Al Huber seguir ahondando en
el concepto, para poner en palabras su práctica espiritual de
vida, como reflejo de una conciencia colectiva vivida, me condujo mediante un
acertijo de juego de palabras a otra maravillosa expresión: Resiligiología. Definida
por él como: “parte de la ciencia que
estudia las disciplinas de las potencialidades de cada uno de los seres del
planeta”. A la luz de los años, puede comprobar que esta fue una de las
reflexiones más aplaudidas y fue
adoptada y adaptada por los estudiosos, teóricos y practicantes de la
resiliencia.
Hoy 35 años después esa palabra,
resiliado, adoptada y adaptada por las naciones del mundo es actualmente usada
para describir una condición humana colectiva, que hace referencia a pueblos
que lograron fortalecer sus capacidades para hacerle frente a las crisis. La
condición de resiliado, supera diametralmente la condición de asistido, que por
muchas décadas fue una práctica generalizada de muchas poblaciones en desastres
y una oportunidad de corrupción para muchos países que mantenía a la sociedad
humana en profunda y permanente miseria.
A su vez, la desastrología y
la riesgología, fue reemplazada por la Resiligiología, una ciencia humanizada más
integral y sistémica donde todas las disciplinas tendrían cabida, como una
manera que encontrar un punto en común, el estudio de las potencialidades de
todos los seres vivos, tanto a nivel individual como colectivo dentro de un
territorio.
Como se había previsto
tiempo atrás, el asistencialismo humanitario desbordó los límites de la
condición humana, y generó mayor dependencia, todo ello, sumado a la deficiente
respuesta de los gobiernos, muchos de ellos con una visión paternalista y
reactiva. Mientras un pueblo en condición asistido tiene como característica
principal la dependencia, la de un pueblo resiliado, como ya finalmente se ha
demostrado, está en condición de autonomía. Este “estar bien” ha llevado a las sociedades
del mundo a construir una cultura de solidaridad, de respeto por el otro, de una búsqueda por el bien común y de una
conciencia de responsabilidad sobre las acciones emprendidas en la búsqueda de
un desarrollo sostenible y un compromiso permanente en reducir los riesgos
inherentes a ese desarrollo.
En este largo trajinar, ya
podemos ver que la resiliencia, esa palabra que se puso de moda en la primera
década del segundo milenio, se convirtió en el nuevo paradigma del liderazgo
del siglo XXI. Fue usada por cientos de organizaciones, campañas, programas,
personas, gobiernos y líderes entre otros. Este concepto permitió establecer
puentes conceptuales, políticos y normativos para convocar, conversar y
reflexionar sobre cómo armonizar la relación sociedad – naturaleza y
sociedad-sociedad. Finalmente, la resiliencia, se constituyó en un instrumento muy
usado por los líderes a mediados del siglo XXI para lograr fortalecer el
desarrollo sostenible.
Grandes inversiones
sensibles al riesgo fueron la base fundamental para hacer territorios más
resilientes en las últimas tres décadas, para eso se fortalecieron procesos de
resiliencia local enfocado a la organización, el conocimiento y las inversiones
resilientes. Se realizaron diseños urbanos resilientes, se mejoró la protección
de los ecosistemas, así como participación institucional y social para la
resiliencia. Además se fortaleció la infraestructura crítica vital, los
preparativos y los sistemas de alerta temprana, así como la planificación de la
recuperación y reconstruir mejor. Para lograr esto, cientos de organizaciones,
publicas y privadas así como miles de personas se convirtieron en líderes en
resiliencia, promoviendo este enfoque y práctica en cada uno de los rincones
del mundo.
Uno de los momentos más
esperados de esta conferencia mundial está relacionado con la presentación del
informe global de evaluación del riesgo de desastres de siglas inglés GAR. El
GAR 2050 contiene un capítulo especial dedicado al análisis y comparación de
resultados sobre la reducción de número de población asistida y el aumento del
número de población resiliada en los países.
El GAR 2050 reflejaba los
resultados de la última evaluación. Las cifras no mentían. Finalmente los
gobiernos, la sociedad civil y el sector privado eran plenamente conscientes
que invertir en resiliencia era el mejor negocio. El aumento de pueblos en
condición de resiliados se incrementó considerablemente en relación con el
informe GAR 2048. Además se identificaron los pueblos que están en camino hacerse
resilientes, que por el 2010 ya Huber los había denominado resiliantes. Dentro de los resiliados estaban principalmente
aquellos gobiernos locales que habían asumido el compromiso con la campaña
global de ciudades resilientes iniciada en ese año como una iniciativa para
promover el tema.
El liderazgo y la
resiliencia encontraron su articulación perfecta al promover al mismo tiempo,
la competitividad y la solidaridad para ser mejores pero a la vez haciéndose
fuerte frente a las crisis. La conectividad global de una sociedad planetaria
del conocimiento, permitía difundir en tiempo real los avances y las prácticas
a favor de la resiliencia en cualquier lugar del mundo. Miles de hombres y
mujeres formados como líderes en
resiliencia, dinamizaron la política de
la resiliencia, esta acción que en su momento Huber había denominado resiliando. Es así como resiliar se convirtió en el verbo más
usado para movilizar la resiliencia para la vida y no para el desastre. Frente
a esta aceptación mundial de dichas expresiones, estas palabras fueron
adoptadas en diferentes lenguas.
Embebido en estos recuerdos
y emocionado por haber sido invitado de manera especial junto con mi amigo
Huber a la apertura de la Sexta Conferencia Mundial, nos unimos en un aplauso de todos los miembros
asistentes, ante el discurso inaugural de la primera mujer Secretaria de la
Organización de las Naciones Unidas.
En el salón de conferencia,
escucho a lo lejos una música insistente que me distrae de este preciado
momento… es el despertador de mi celular que empezó a sonar anunciando que debo
levantarme a dar comienzo a un nuevo día para seguir con mi “apostolado” por la
resiliencia.
MAESTRO HENRY, con el Compromiso de Personas Idóneas como Usted, El Sueño de la SOCIEDAD RESILIENTE, dejará de Ser una UTOPÍA... y para ello se requiere Cambiar las Dinámicas de la Educación Actual, con Acciones y Pedagogías Claras enseñadas y puestas en la Práctica por Docentes que como Actores de esa Nueva Sociedad, replanteen sus Saberes y hagan de la RESILIENCIA una Formación TRANSVERSAL a todos los Géneros del Conocimiento desde todos los Niveles... La RESILIENCIA, NO como una "Información recibida" como Simple Cátedra, desde la Básica Primaria hasta la Universidad, sino Transmitida como UN NUEVO ESTILO DE VIDA, que cambie y transforme desde YA las Generaciones Actuales de esa Generación Prospectivamente Responsable...
ResponderEliminarMAESTRO, Siga adelante con su APOSTOLADO, que con la Ayuda del ALTÍSIMO, nos vemos allí en la Sexta Conferencia Mundial de Reducción del Riesgo de Desastres de la ONU.
A. J. Potes C.
Consultor.
Seamos resilientes... Henry Peralta, es un gran promotor del Evangelio de la residencia.
ResponderEliminar