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02 octubre, 2017


ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LOS SISMOS QUE HAN IMPACTADO LA CIUDAD DE MEXICO
EL LUNES 18 DE SEPTIEMBRE ESCRIBI LO SIGUIENTE:
“En situaciones de actuación para casos de emergencia hay procedimientos y protocolos ya establecidos a seguir, pero como principios generales para poder normarnos un criterio y en función de este tomar decisiones para actuar o para saber qué hacer en esa situación en específico.
PARA PROCEDER O ACTUAR EN CASO DE ALGUNA EMERGENCIA “NO HAY RECETAS DE COCINA”, NINGUNA, NINGUNA EMERGENCIA ES IGUAL, ni impacta igual, ni se comporta igual, ni afecta igual.
Los protocolos hay que tomarlos como una guía que hay que ajustar y adecuar a las circunstancias que se están presentado en esos momentos, inclusive, un simulacro nunca es igual aunque sea la misma hipótesis, se realice en el mismo lugar, lo hagan las mismas personas y en general tenga los mismos componente, y éstos ni siquiera son similares a una situación real.
Los simulacros te dan ciertas pautas, te proporcionan conocimientos y te preparan para tomar decisiones, te ayudan a pensar y a actuar con más seguridad, pero finalmente tienes que tomar decisiones en el momento de la emergencia y actuar en función de tu criterio y de lo que te dicte la lógica, y de los estudios que al respecto se hayan realizado.”
Partamos de lo siguiente:
Los temblores de 1911, 1957, 1985 y 2017 tienen algo en común: provocaron grandes daños en la Ciudad de México y sucedieron a poco más de treinta años de distancia uno del otro.

¿Entonces qué tan acertada es la teoría de que a cada generación de capitalinos le toca un sismo de magnitud mayor de 7?

El 28 de marzo de 1787, un terremoto de magnitud 8.6 sacudió a la Ciudad de México, dañando el Palacio Nacional y varios edificios históricos de la capital de la entonces Nueva España.

Tres años después hubo otra hecatombe que volvió a provocar daños en la estructura del Palacio Nacional, mientras que en 1818 sucedió uno aún peor que resquebrajó edificios en el barrio de la Merced, San Francisco y San Diego; en los hospicios de Terceros, la Santísima y San Hipólito, entre otros.

Desde entonces y hasta el Terremoto Maderista de 1911, se estima que hubo al menos una decena adicional de terremotos que provocaron grandes daños a la ciudad y sus alrededores, y que obligaron a sus habitantes a reinventarla en más de una ocasión.

La madrugada del 7 de junio de ese año, a unas horas de que el presidente Francisco I. Madero, entrara triunfante a la Ciudad de México, para declarar el inicio de la democracia en nuestro país, tembló, y ni el flamante Servicio Sismológico Nacional, fundado siete años antes por Porfirio Díaz, pudo predecir la llegada del movimiento magnitud 7.7 que provocó daños totales o parciales en distintos edificios y la muerte de al menos 40 personas.

No tuvo que pasar ni una sola generación para que otro temblor, esta vez con magnitud superior a 7 grados, arrasara con una población cercana a la capital. En noviembre de 1912, ese sismo con epicentro en Michoacán arrasó con gran parte de la infraestructura de varios poblados mexiquenses, entre los cuales, el más dañado fue el de Acambay.

Dos generaciones enteras después, el 28 de junio de 1957, sucedió otro temblor conocido con “El temblor del Angel”.

La madrugada del domingo 28 de julio de 1957, exactamente a las 2:44am, se presentó un sismo de magnitud 7.7 Richter, cuyo epicentro se ubicó a 100 km al sureste de Acapulco, Guerrero, a una profundidad de 25 km, con el resultado de 700 personas muertas y 2,500 lesionadas.

Esa madrugada, el edificio de departamentos de la esquina de Frontera y Alvaro Obregón, en la colonia Roma, se colapsó sepultando 12 familias.
OJO – Otra vez la avenida Alvaro Obregón.

Estructura de marcos de concreto reforzado de cinco pisos, en este colapso se reportaron 33 muertos. Fue el caso más trágico por arrojar el mayor número de víctimas y observarse innumerables deficiencias constructivas. Algunos reportes periodísticos citan: “La construcción se desplomó sobre sus propios cimientos, como un gigantesco acordeón que se cierra verticalmente, de tal manera que los escombros no alcanzaron a rebasar la banqueta”.

Si bien el Angel de la Independencia se volvió el ícono de aquel sismo al caer de su columna.

El sismo dañó los cines Colonial, Opera, Gloria, Goya, Titán, Majestic, Capitolio, Cineac, Roble Insurgentes, Encanto y Cervantes.
La esquina de Paseo de la Reforma y Avenida de la República se estremeció. Desde afuera, el Edificio Corcuera parecía no tener daños en sus 20 pisos, pero por dentro estaba inhabitable. El que fuera el edificio más alto de México, en su tiempo, tuvo que ser demolido, actualmente el predio es ocupado por un hotel, El Hotel Kristal.

Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN

Edificio en Insurgentes 337 esquina con Coahuila

Mercado de la Merced.

Los edificios afectados fueron 523 de los cuales 69 sufrieron daños graves y 278 fueron levemente afectados.

En esa ocasión, al igual que en 1985 y este año (2017), la población civil se volcó para apoyar en los rescates, inclusive en esa ocasión se abanderaron automóviles particulares con la bandera de la Cruz Roja para transportar a los lesionados.  

Solo 28 años más tarde, el terremoto de 1985 cobraría la vida de más de 30 mil mexicanos y dañaría miles de edificios. Hasta el momento es el sismo que ha causado más daños y cobrado más vidas.

La mañana del 19 de Septiembre de 1985, a las 7:19 de la mañana, el epicentro se localizó en las costas de Michoacán.
Después del sismo se presentaron varias réplicas del fenómeno siendo la más significativa la del día siguiente, 20 de septiembre de 1985 a las 19:38, con una magnitud de 7,9 en la escala Richter, causando daños materiales sobre construcciones dañadas previamente por efecto del primer sismo.
Momentos después de que ocurriera el sismo la Ciudad de México se veía en un estado deprimente con edificios derrumbados, personas gritando de desesperación y angustia por lo que había pasado, gritos de auxilio de las personas que aún se encontraban bajo los escombros, gente caminando desesperada tratando de buscar ayuda o poder ayudar a las personas necesitadas.
Al darse a conocer el trágico suceso que ocurrió en la Ciudad de México la población civil se organizó improvisando estaciones de auxilio y la gente que podía donaba artículos y contribuía como le fue posible al esfuerzo de recuperación; esto incluyó mover piedras a mano, regalar linternas, cascos de protección, etcétera.
 La gente se organizaba en grupos para ayudar a levantar los escombros y salvar a las personas que se encontraban atrapados, la falta de ayuda por parte del gobierno de Miguel de la Madrid fue muy notoria.

Días después del sismo el gobierno anuncio las primeras cifras de alrededor  de 7 y 8 mil personas muertas, pero años después por diversas fuentes y medios de comunicación se calculó que la cifra había sido de 38 mil fallecidos.
Aproximadamente 5 mil personas fueron rescatadas de los escombros. También se dio a conocer los siguientes datos sobre los daños causados por el sismo:
-       Resultaron con algún tipo de daño (parcial o total) alrededor de 70 mil estructuras.
-       Quedaron destruidos o afectados más de 85 mil metros cuadrados de banquetas públicas.
-       Resultaron afectadas más de 30 estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
-       Se estima que se perdieron aproximadamente 2000 mil empleos a causa del terremoto.
                                         
Ciertamente lo que las personas actualmente saben del sismo de 1957 es que se cayó el Angel de la Independencia (Victoria Alada) y nada más.
Del Sismo de 1985, quienes nos acordamos de lo que pasó somos los que tenemos más de 40 años, ya que las personas de menos de 40 años o no se acuerdan o ni lo vivieron, entonces no tienen registro en su memoria ni conciencia de ese suceso.
Sin embargo, en 1957 la participación de la sociedad civil fue bastante organizada, cada quien apoyaba como podía y no había el que si se le permitía o no se le permitía hacer tal o cual cosa, claro la población era menor, la educación era diferente, no había vandalismo descarado ni tanta corrupción, los medios de comunicación en relación a los actuales eran muy limitados, no existían los teléfonos celulares, ni internet, ni redes sociales.
28 años después se tuvo el sismo del 19 de septiembre de 1985, en donde el gobierno federal y el de la Ciudad de México se quedaron congelados sin saber qué hacer y la población civil tomo la iniciativa y el mando de la atención a la emergencia, superando totalmente a las autoridades federales y locales, inclusive en las primeras horas iba a intervenir el ejército apoyando a la sociedad civil y el entonces Jefe del Departamento del Distrito Federal, Ramón Aguirre Velázquez, pidió que se retiraran, y el Sr. Presidente Miguel de la Madrid Hurtado no aceptó la ayuda que otras naciones ofrecían.
Miguel de la Madrid apareció hasta las 16:00 hrs. de ese día 19, y el primer mensaje a la nación lo dirigió tres días después, dos días después del sismo se permitió la intervención del ejército para apoyar en los rescates.
Este sismo, ha sido el más destructivo de los acontecidos en los últimos 200 años.
Sin embargo algo bueno nació de ese sismo, la creación del Sistema Nacional de Protección Civil el cual, como todo en este hermoso país, tardó más de 6 años en empezar a funcionar (a empezar), en el Distrito Federal, que fue en donde se tuvieron los daños más graves por el sismo, la ley de protección civil se publicó 10 años después, en 1996.
Pero podemos decir que todo iba más o menos bien, poco a poco se iba fortaleciendo el sistema nacional de protección civil hasta que las autoridades (no todas pero sí la mayoría) se empezaron a dar cuenta que podía ser un buen negocio.

QUE SUCEDIÓ ESTE MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2017
Por cierto, ¿qué posibilidades hay de que un sismo de magnitud considerable se genere e impacte la misma zona en la misma fecha?
Hubo un sismo, no atípico pero tampoco de los más comunes, es decir, hubo un sismo intraplaca, o sea, no en la zona de subducción sino en el interior del continente, ya hemos dicho que hasta el momento no hay posibilidades de predecir o pronosticar un sismo pero, el problema no es el sismo sino la vulnerabilidad en las zonas de impacto, y la vulnerabilidad además del lugar y tipo de suelo en esa zona, está el tipo y calidad de las construcciones, está la capacidad de las personas para reaccionar y tomar decisiones adecuadas para protegerse y proteger a los que en ese momento depende ella, y muchas más.
Puedo platicarles cientos de anécdotas verídicas, únicamente les voy a platicar tres:
-       Acababan de regresar del famoso macrosimulacro, y la maestra de un grupo de niños de cuarto año estaba escribiendo en el pizarrón cuando sintió la sacudida, se quedó pensando que qué había sido cuando sintió otra sacudida, cuando reaccionó ya los niños estaban corriendo fuera del salón, la maestra salió y se quedó petrificada en la escalera, hasta que otra maestra la tomó del brazo y la condujo al punto de reunión, aclaro, ese salón está en la planta alta del inmueble por lo que, durante el movimiento los niños y en general toda la población del colegio salió de los salones y bajó escaleras.
-       Durante el simulacro un maestro le estuvo insistiendo a alumnos de secundaria, no corran, no griten, no empujen, a la hora del sismo el maestro les empezó a gritar, corran, corran, corran.
-       En un kínder, todo concurrió normalmente durante el simulacro (niños de 5 años), totalmente en orden, a la hora del sismo la maestra les empezó a gritar (a niños de 5 años), “CORRAN POR SU VIDA”, ella salió corriendo y dejó atrás a los niños.
La pregunta es, ¿para este caso en especial, el famoso macrosimulacro realizado un poco antes del sismo SIRVIO PARA ALGO?
Y YO DIGO, los simulacros tal y como se están realizando, es especial el famoso “MACROSIMULACRO”  NO SIRVEN, por eso he comentado, ¿se debe evacuar?, eso depende de muchos factores, la ubicación del inmueble, la calidad de la construcción, las condiciones circundantes y muchos factores más, e insisto, PARA PROCEDER O ACTUAR EN CASO DE ALGUNA EMERGENCIA “NO HAY RECETAS DE COCINA”, NINGUNA, NINGUNA EMERGENCIA ES IGUAL, ni impacta igual, ni se comporta igual, ni afecta igual, por ello, tampoco podemos actuar igual, ni en base a protocolos rígidos ya establecidos.
Lo que hay que hacer es enseñar a las personas a tomar decisiones, no a hacer simulacritos, ciertamente, los simulacros son parte de la capacitación y preparación de las personas, entre muchos más, para que tengan un criterio más amplio y que puedan tomar mejores decisiones, no para actuar totalmente apegados a lo que rutinariamente practican.
Por otro lado hay que reflexionar en lo siguiente, ¿por qué en 1957 no hubo tanto problema, tanto desorden, tanto problema como con este sismo, si no existía la protección civil?, ¿por qué en 1985, no obstante que fueron muchísimos más inmuebles los que se colapsaron y muchísimos más muertos y lesionados, hubo mejor organización y no hubo tanto desorden y problemas como en este sismo, si no existía la protección civil?, según las Bases para el Establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil, “conservar y proteger a la sociedad, constituye la primera tarea del Estado”. . . . . “De ahí se deriva la protección a los ciudadanos frente a los peligros y riesgos de desórdenes o trastornos provenientes de elementos, agentes o riesgos o fenómenos, naturales o humanos, que puedan dar lugar a desastres, con la trágica e irreparable pérdida de vidas humanas, la destrucción de bienes materiales, el daño a la naturaleza y la interrupción de la vida cotidiana”.
“No todos los desastres son iguales, difieren en varias formas: por su origen, naturaleza del agente, grado de predictibilidad, probabilidad y control¸ por la velocidad con la que aparecen, alcance y por sus efectos destructivos en la población, en los bienes materiales y en la naturaleza.”
“El Sistema Nacional de Protección Civil se concibe como un conjunto orgánico articulado de estructuras, relaciones funcionales, métodos y procedimientos que establecen las dependencias y entidades del sector público entre sí, con las organizaciones de los diversos grupos sociales y privados y con las autoridades de los Estados y Municipios a fin de efectuar acciones de común acuerdo destinadas a la protección de los ciudadanos contra los peligros que se presentan en la eventualidad de un desastre.”
Entonces, ¿por qué el gobierno volvió a ser rebasado por la rápida y efectiva respuesta de la sociedad civil?, ¿en donde están las tan cacareadas coordinaciones y secretarias de protección civil?, ¿en dónde han estado en estos días las autoridades que deberían estar metiendo la manos y ensuciándose los zapatos, o cuando menos entre la población que sufrió los embates del sismo?, ya sé, me van a decir que en el C5 pero, siempre han sido vedette’s, por todo y por nada aparecen en los medios, hasta posan para las fotos, ¿y entonces?, ¿debido al sismo sufrieron el síndrome del avestruz?
SE LOS DEJO PARA LA REFLEXION.
J. RAÚL CANTÓN Y LARA     
         
   
 

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