De
acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de
Desastres (UNDRR), si para el año 2030 los países no realizan inversiones
significativas para hacer que las ciudades sean más resilientes,
las consecuencias de los desastres podrían representar a
las ciudades en el mundo $314 mil millones cada año, y el cambio
climático podría llevar a 77 millones más de residentes urbanos hacia la
pobreza.
Según
diversos autores, por cada dólar invertido en acciones de prevención se pueden
ahorrar desde 7 hasta 12 dólares en daños, desde la infraestructura colapsada
hasta las pérdidas de vidas, infraestructura y daños en sistemas productivos.
La
UNDRR, para atender los riesgos desde lo local, diseñó una herramienta de
autoevaluación para la resiliencia frente a desastres, como apoyo al reporte e
implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres.
La
herramienta se estructura alrededor de los 10 Aspectos Esenciales para Desarrollar
Ciudades Resilientes los cuales, se agrupan en tres áreas y ofrecen una amplia
cobertura del rango de temas que una ciudad debe atender para ser más
resiliente frente a desastres: a) Esenciales 1-3 relacionados con la gobernabilidad
y la capacidad financiera; b) Esenciales 4-8 relacionados con las diferentes
dimensiones de planeación y preparación frente a desastres y, c) Esenciales
9-10 relacionados con la respuesta ante desastres y la recuperación
post-evento; estos aspectos son:
1.
Organizarse para la resiliencia frente
a los desastres.
2.
Identificar, comprender y utilizar los
escenarios de riesgo actuales y a futuro.
3.
Fortalecer la capacidad financiera
para mejorar la resiliencia.
4.
Promover un desarrollo y un diseño
urbano resiliente.
5.
Proteger las zonas naturales de
amortiguamiento para mejorar la función de protección proporcionada por los
ecosistemas naturales.
6.
Fortalecer la capacidad institucional
para mejorar la resiliencia.
7.
Comprender y fortalecer la capacidad
social para mejorar la resiliencia.
8.
Incrementar la resiliencia de la
infraestructura.
9.
Asegurar la efectividad de la
preparación y la respuesta a los desastres.
10. Acelerar
la recuperación una mejor reconstrucción.
Esta
herramienta brinda un conjunto de evaluaciones que permite y apoya a los
gobiernos locales a monitorear y revisar el progreso y los retos en la
implementación del Marco de Sendai y evaluar su resiliencia frente a desastres.
La
resiliencia urbana debe de considerarse como la clave del futuro de las ciudades,
muchos gobiernos locales en el mundo están iniciando su camino para proteger a
sus habitantes, sus bienes y el mantenimiento de la funcionalidad ante potenciales
desastres ya que por el impacto socio-económico negativo que representa
enfrentar sus consecuencias, es importante considerar que los gobiernos no pueden
pensar en ciudades sostenibles sin pensar en ciudades resilientes.
Aunque la resiliencia
se percibe en la fase de la recuperación, también podemos incorporarla desde el
desarrollo de capacidades. “El control
del riesgo futuro (gestión prospectiva) es, aparentemente, menos oneroso en
términos económicos y sociales que la reducción del riesgo existente (gestión
correctiva o compensatoria), dado que no depende de revertir procesos negativos
ya consolidados en el tiempo y el espacio, sino más bien normar y controlar
nuevos desarrollos” (Lavell, 2008). Concluyendo, para
lograr una ciudad resiliente, se debe planificar
con base, no solo en la gestión de riesgos preventiva, sino también prospectiva,
visualizando la ciudad que queremos en el futuro.
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