Por Raymundo Padilla Lozoya*
La infoxicación es un fenómeno analizado por los estudios de la comunicación, el cual consiste en la saturación informativa de un individuo, o de una sociedad, con relación a un determinado tema. Esa saturación informativa se realiza por medios masivos como las noticias publicadas en la prensa escrita, las transmisiones radiofónicas, las producciones televisivas audiovisuales, las redes sociales virtuales y además pueden agregarse los avisos de alertamiento colocados en el transporte urbano y en espacios públicos, por ejemplo los carteles espectaculares y videos informativos en las televisiones del metrobús o el metro.
Así, durante
la semana pasada gran parte de la población mexicana vivió un proceso de
infoxicación, asociado a un escenario que denomino “riesgo coyuntural”,
resultado de varios factores, entre ellos la exposición de la sociedad, su
vulnerabilidad ante diversos agentes y la falta de capacidades para enfrentar
de mejor manera la situación. Varios agentes peligrosos coincidieron de manera
coyuntural: la contaminación ambiental superior a los 152 puntos IMECA, la
emisión de partículas PM2.5, le explosión del Volcán Popocatépetl y emisiones
de ceniza, y las radiaciones intensas de la explosión solar.
Ante ese
escenario de riesgo coyuntural fue evidente una escasez de información técnica
y especializada. La diseminación, por redes sociales, de los denominados memes y
notas falsas, imprecisas y/o de dudosa procedencia, superó al número de mesas y
conferencias con especialistas técnicos y científicos.
Además fue
notable una respuesta institucionalizada muy limitada. Es cierto, resulta
difícil enfrentar una condición de “riesgo coyuntural” en una ciudad tan
poblada. ¿Qué hacer cuando una ciudad de 9 millones de habitantes requiere
mascarillas especiales y varios miles necesitan tanques de oxígeno para
respirar, durante varios días o semanas? ¿Qué gobierno está preparado para
ello? Considerando la evidencia reciente, se infiere que ante un agente
ambiental más letal, perecerán miles de habitantes, antes que las autoridades
logren articular una respuesta más o menos notable.
Por lo
anterior, cobra mayor relevancia la comunicación efectiva como medida para
responder ante una contingencia mayor. Solamente utilizando estratégicamente
los medios masivos, las autoridades podrán conducir la respuesta en compañía de
la sociedad. Para eso, es imprescindible contar con una planeación anticipada,
protocolos y diversos recursos que permitan el fortalecimiento de la
coordinación inmediata con la sociedad para enfrentar esos escenarios poco
frecuentes, pero probables.
Por el
contrario, se hizo notoria la ausencia de un protocolo especial para atender la
contingencia por partículas PM2.5, pero además es obvio que se requiere de
protocolo (s) para atender escenarios de “riesgo coyuntural”, como el referido.
La convergencia de diversos agentes peligrosos incrementa la complejidad de la
respuesta estratégica. Sin embargo, insisto, solamente con una estrategia
comunicativa anticipada y planificada es posible mejorar la eficiencia y
reducir los riesgos para la población y hasta para los funcionarios que están
obligados a declarar. Eso evitará que políticos especializados en medio
ambiente como la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sufran
la peor crítica a pesar de su sinceridad al declarar que no existía el
protocolo para partículas PM2.5. Por consecuencia, se infirió que al no existir
protocolo específico, la autoridad haría nada, por enfrentar la situación. Lo
lamentable es que a varios días de ese escenario de riesgo coyuntural No se ha
emitido un informe ante la sociedad para notificar todo lo poco o mucho realizado
por las autoridades. Así, la efectividad de las políticas públicas y de los
tomadores de decisiones queda al libre criterio de la percepción social. Y
sienta bases negativas ante un electorado que desea cambios de raíz, en lugar
de constatar la misma incapacidad de la administración anterior.
* Periodista,
historiador y antropólogo, especialista en riesgos y desastres, Universidad de
Colima. Email: rpadilla@ucol.mx
Exactamente. Yo diría que se trato de una Metaemergencia donde los factores políticos, medios de comunicación, respondedores y sociedad, tenían una visión distinta de lo que estaba ocurriendo, derivada de la falta de capacidad técnica para resolver la crisis. Esto se constituyó en una emergencia dentro de otra emergencia provocando una crisis, una saturación de información y la percepción de que no se estaba haciendo nada por resolver el problema, tal vez porqué primero era necesario resolver la crisis de la crisis.
ResponderEliminarMuy buen aporte Mtro. Raymundo Padilla, como siempre es muy enriquecedor leer tus publicaciones. En la era de la comunicación debemos tener cuidado sobre que información recibimos; y aplica bien esta cita; "escúchenlo todo, retengan lo bueno y desechen lo malo". Verifiquemos la veracidad de la información antes de ser partícipes también de la difusión de los fakenews. Busquemos la voz de los expertos y tomemos acción para prevenir y prepararnos.
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