EL PROBLEMA DE LAS TOMAS CLANDESTINAS
Más allá de buscar culpables, o de etiquetar, o quizá
justificar el por qué la gente, por demás vulnerable en muchos sentidos,
aprovecha la perforación de ductos para hacerse de hidrocarburos; más allá de
evaluar la respuesta del Estado ante la magnitud de los sucesos de
Tlahuililpan, en Hidalgo, considero que la atención debe centrarse en el
esquema preventivo.
Más que opinar, la obligación de los expertos y de los
especialistas debe ser aportar. Nuestro país cuenta con un buen número de
personas que tiene mucho conocimiento en temas de respuesta a emergencia, en
temas preventivos, de continuidad de operaciones, de manejo de materiales
peligrosos, etc., en fin en muchos temas que son necesarios para hacer frente
ante una problemática tan sensible como la del 18 de enero pasado.
No es reciente el robo de hidrocarburos con este método, pero
hemos sido omisos, como país al no enseñar a la gente lo peligroso de, si
quiera, acercarse a las tomas clandestinas, hemos sido omisos como país al
estigmatizar el uso de la fuerza de los garantes de la seguridad precisamente
para evitar que sucedan cosas así.
Debemos, más bien, centrarnos en fortalecer a las Unidades
Municipales y Estatales de Protección Civil, estrechar su coordinación con
Petróleos Mexicanos y con las Fuerzas Armadas a fin de garantizar la seguridad
de la población aledaña a estas tomas, y potenciar las medidas de prevención,
especialmente la socialización del riesgo, para que las comunidades estén
enteradas y, sobre todo, conscientes de que la amenaza es real. Pues lo
ocurrido en Tlahuililpan puede repetirse en cualquier momento y en cualquier
lugar por donde corran los ductos de hidrocarburos. Crear conciencia en la
población de que arriesgarse por unos cuantos litros de gasolina o de diésel puede
representar una muerte terrible y lesiones permanentes y profundamente
dolorosas.
Estoy seguro que es la coyuntura, el momento adecuado para
compartir conocimientos en pro de un Sistema Nacional de Protección Civil más
proactivo, con capacidades también, como hasta ahora, de responder de manera
inmediata y exitosa a cualquier situación, pero fundamentalmente que apueste
por la Gestión Integral del Riesgo de Desastre, reduciendo la vulnerabilidad,
minimizando el riesgo y adoptando ya una cultura de autoprotección.
Mtro. César Orlando Flores Sánchez.
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