LA URGENTE NECESIDAD DE
CAPACITACIÓN Y FORTALECIMIENTO DE LA PROTECCIÓN CIVIL PARA LA PREVENCIÓN DE
DESASTRES EN EL SECTOR MARÍTIMO NACIONAL
Es evidente que el enorme crecimiento de las necesidades de
recursos energéticos a nivel global se está produciendo en un momento en que
tiene un agravamiento radical de los problemas climáticos y ambientales. Para
ello y como ejemplo, la Unión Europea contempla como desafíos mundiales los
problemas medioambientales, a los cuales debe hacer frente para garantizar su
seguridad desde su Estrategia Europea de Seguridad de 2003. Antes se señalaban
repercusiones del cambio climático en la seguridad, ahora se denuncia el cambio
climático como un multiplicador de amenazas.
Bajo el punto de vista de la seguridad ampliada o
multidimensional, que está sustentada en la naturaleza de las nuevas amenazas a
la sociedad internacional y en las siete esferas de la seguridad humana
propuestas en 1994 por el PNUD en el Informe Mundial sobre Desarrollo Humano
(económica, política, personal, ambiental, social, alimentaria y de salud), la
seguridad se refiere a las condiciones
de estabilidad que se suponen benéficas para el desarrollo de los individuos, de
un país o de la comunidad internacional.
Para México, es sustancial el fortalecimiento de las acciones
nacionales y globales de mitigación y adaptación frente al cambio climático,
desde una perspectiva amplia y de largo plazo, en la que es previsible que la
falta de acción frente al cambio climático cause repercusiones graves y, con
toda certeza, irreversibles sobre la seguridad nacional e internacional.
En México, los impactos del cambio climático provocan aumento
en la intensidad de períodos de sequías, lluvias y
ciclones tropicales, lo cual
recrudece las iniquidades en empleos, la
salud, acceso a
los alimentos, agua
y otros recursos; esto
puede ser un detonante que afecte
las condiciones de seguridad en las diferentes regiones y sectores del
país.
En México, el cambio climático ya no es parte de un discurso,
es la realidad que está viviendo el territorio nacional, y prueba de ello
fueron los huracanes Ingrid y Manuel que impactaron en ambos litorales en
septiembre de 2013, así como el impacto de Odile en Baja California Sur en
septiembre de 2014, o el Patricia, de mucho mayor intensidad, en 2015.
Se estima que el 15% del territorio nacional, el casi 70% de
su población y el 71% de su Producto Interno Bruto se encuentran expuestos al
riesgo de impactos asociados con el cambio climático.
Cada uno de los problemas que genera el cambio climático pone
en riesgo la seguridad de la nación, y de sus instituciones; inclusive puede
incrementar tensión en los temas de la Agenda de Seguridad, como el terrorismo,
el mercado negro, el crimen organizado o la pérdida de gobernabilidad, como ya
pasó en Los Cabos, Baja California Sur.
El ámbito portuario y costero es el más expuesto a fenómenos
hidrometeorológicos, como los huracanes, tormentas y depresiones tropicales. Y
coincide que lo puertos son instalaciones estratégicas, puesto que son puntos
donde se potencia el comercio exterior, las exportaciones y el mercado interno
del país. Además, la protección al medio ambiente y a la industria turística,
que es otra fuente importante de generación de divisas y empleos, deben tomarse
como una prioridad en la Agenda de Seguridad Nacional.
La Ley General de Cambio Climático y la Ley General de
Protección Civil fueron publicadas el mismo día, el 6 de junio de 2012, y no es
coincidencia; de hecho desde octubre de ese año se pide que el cambio climático
sea atendido como un asunto de seguridad nacional, puesto que la ubicación
geográfica y las condiciones orográficas e hidrológicas de México lo convierten
en una de las zonas más vulnerables ante los efectos de ese fenómeno.
El cambio climático es ya un asunto que debe considerarse
así, bajo el esquema de la seguridad
ampliada o multidimensional. Por tanto, el Estado tiene el enorme reto de asegurar,
proteger y proveerse de los recursos estratégicos necesarios para su
supervivencia, crecimiento y desarrollo, encarándose a desafíos traducidos en
el acceso a fuentes de energía, agua, problemas fronterizos, emergencias
humanitarias, entre otros muy diversos problemas.
En el aspecto de Protección Civil, cabe hacer el
cuestionamiento de si en verdad estamos preparados como nación para el impacto
de fenómenos perturbadores cada vez más y más agresivos.
Las Unidades Navales de Protección Portuaria (UNAPROP), con
las cuales se le ha encomendado a la Secretaría de Marina – Armada de México reforzar
la seguridad en los puertos del país, así como todas las personas que laboran
dentro de instalaciones portuarias, deben estar adiestradas y capacitadas para
afrontar la ocurrencia de fenómenos perturbadores, tanto naturales como de
carácter antrópico.
La adopción de medidas preventivas, tanto de seguridad
industrial como de protección civil, y su preparación para llevarlas a cabo y
mantenerlas es de alta prioridad, para prevenir, mitigar y responder a agentes
hidrometeorológicos, geológicos y físico-químicos, comprometiéndose con el
cumplimiento de la Protección del Puerto en la cadena de suministro, bajo un
marco de trabajo y mejora continua que facilite el logro de objetivos, metas y
programas, que tengan como finalidad la administración de riesgos y amenazas a
los que están expuestos sus activos, considerando el alcance de su Sistema de
Gestión y la legislación aplicable.
El tema es de relevante importancia, toda vez que la
Secretaría de Marina está retomando la Administración de los puertos, al menos
en dos puntos, Manzanillo y Lázaro Cárdenas, los cuales manejan más del 60% de
la carga que llega al país en contenedores, y que ambos están ubicados cerca de
la zona de subducción del Placa de Cocos en la Placa de Norteamérica (ZONA ALTAMENTE SÍSMICA) y que suma, además de la
exposición a los embates meteorológicos, la exposición a fenómenos de tipo
geológico.
Además, por su naturaleza de instituto armado, la Armada de
México tiene, dentro de sus atribuciones, el auxilio a la población civil en
casos y zonas de desastre, a través del Plan Marina, por lo que es necesario
que las unidades e instalaciones navales, aunadas a las de la Coordinación
General de Puertos y Marina Mercante, aseguren sus recursos para la Continuidad
de Operaciones y mantener las condiciones para prestar la ayuda que requiera la
población.
Es tiempo ya de que exista una preparación real para la
atención en temas de respuesta a emergencia y desastres, y que cuando se
materialice cualquier tipo de agente perturbador, haya gente que cuente con el
conocimiento específico para su atención, sobre todo en las instalaciones estratégicas.
La capacitación y adiestramiento del personal del Sector
Marítimo Nacional, en temas de Gestión Integral del Riesgo de Desastre y
Sistema de Comando de Incidentes, entre otras, podrá, con toda certeza, ayudar a
hacer instalaciones resilientes y a mantener actividades de preparación,
prevención y mitigación adecuadas, para reducir la pérdida de vidas y de daños
en las propias instalaciones y en el medio ambiente, generará un ahorro
considerable en los gastos de reconstrucción y vuelta a la normalidad de los
puertos mexicanos.
En todos los planteles del Sistema Educativo Naval, es decir,
las escuelas de formación como la Heroica Escuela Naval Militar, la Escuela
Médico Naval, la Escuela de Enfermería Naval; las Escuelas Técnicas
Profesionales, como la Escuela de Intendencia Naval, la Escuela de Electrónica
Naval y la de Maquinaria Naval, y especialmente en el Centro de Estudios
Superiores Navales, así como en las Escuelas Náuticas Mercantes “Fernando
Silicio y Torres” de Veracruz; “Fernando Gómez Maqueo” de Mazatlán; “Luis
Gonzaga Priego González" de Tampico, y el Centro de Educación Náutica de
Campeche, y todos aquellos planteles que maneja el Fideicomiso de Formación y
Capacitación para el Personal de la Marina Mercante Nacional, deben existir
programas curriculares sobre Protección Civil, pues la preparación de los
marinos mexicanos exige romper paradigmas y establecer el concepto de la
prevención y de la protección civil, no para los civiles, sino como una responsabilidad
de este sector de proteger a la población civil.
Maestro César Orlando Flores Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario